MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las metáforas son un fenómeno complejo del lenguaje cuya comprensión requiere superar la interpretación literal para lograr una interpretación figurativa. Por lo general, la capacidad para comprenderlas aumenta a lo largo del desarrollo, así como la dificultad de las metáforas que se pueden interpretar.
Para interpretarlas, según se desprende de una investigación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), se emplean dos estrategias alternativas, por un lado se puede iniciar un proceso de razonamiento verbal o bien recurrir a la función ejecutiva.
Aunque, según la investigación que ha sido publicada en 'Plos One', parece ser que es la función ejecutiva (capacidad cognitiva) la más decisiva a la hora de comprender metáforas más complejas. Concretamente, la actualización y la inhibición de información, ambos mecanismos vinculados a esta función, parecen ser decisivos a la hora de resolver las metáforas más complejas y que, por lo tanto, requieren mayor esfuerzo cognitivo.
El estudio recuerda que a edades tempranas los niños se valen fundamentalmente de mecanismos que son propios del razonamiento verbal, como la analogía o la jerarquía de conceptos. No obstante, tal y como señala la investigación de la UNED, al alcanzar la adolescencia la función ejecutiva se consolida y a partir de entonces es posible beneficiarnos de otros mecanismos asociados a la memoria operativa.
"La actualización requiere la supervisión y codificación de la información relevante para una tarea compleja, así como la selección y revisión apropiada de la información de la memoria operativa, reemplazando lo que ya no es relevante por información nueva que sí lo es. Además, contamos con la capacidad para inhibir deliberadamente información o respuestas dominantes, automáticas o preponderantes cuando no son necesarias para la realización de la tarea" explica Antonio Corral, coautor de la publicación y miembro del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UNED.
"Para comprender una metáfora se requiere activar rasgos relevantes y suprimir o inhibir activamente rasgos irrelevantes. Por eso sospechamos que un aspecto de la función ejecutiva, la inhibición, tiene que influir en la comprensión de las metáforas vivas o complejas", advierte Nuria Carriedo, autora principal del estudio.
"Tanto desde la Psicología Cognitiva como desde la Neuropsicología se ha subrayado que el funcionamiento ejecutivo puede ser responsable de las diferencias individuales, especialmente cuando las tareas a realizar son novedosas y complejas, requieren atención y, por tanto, no pueden ser procesadas automáticamente" añade Carriedo, autora principal del estudio.
Por otro lado, la investigación pone de relieve que a la hora de su interpretación hay dos factores que aumentan la capacidad de interpretación: el contexto lingüístico y el conocimiento del mundo. Es decir, en condiciones en las que las metáforas se presentan dentro de un contexto, la información contextual ayuda a diferenciar entre información relevante e irrelevante.
Sin embargo, cuando las metáforas se presentan de una manera descontextualizada, su resolución sería análoga a un proceso de resolución de problemas en los que los recursos cognitivos generales están involucrados. Por este motivo, el desarrollo cognitivo tiene un papel fundamental en la resolución.
TRES GRUPOS DE EDAD FUERON ANALIZADOS
El estudio pretendía conocer cómo contribuyen ambos procesos a la comprensión de metáforas a lo largo del desarrollo. Para poder evaluar el comportamiento que tenían los niños, adolescentes y adultos, se dividió a los participantes en tres grupos según su edad. Todos ellos debían resolver una serie de metáforas con distinto nivel de dificultad, a la vez que realizaron tests para medir la implicación de cada uno de los mecanismos cognitivos.
Un total de 119 participantes fueron divididos en tres grupos de edad: 11 años, 15 años, y adultos jóvenes entre las edades de 21 y 25. Los niños y adolescentes de entre 11 y 15 años provenían de colegios públicos y subvencionados de toda España. Ninguno de los niños tenía ningún diagnosticados trastornos del desarrollo. Todos los adultos jóvenes tenían estudios.
Durante las pruebas los psicólogos observaron que, tanto la inhibición como la actualización de información, están relacionadas con un comportamiento metafórico superior, por lo que la función ejecutiva estaría jugando un papel relevante en el nivel intelectual superior.
Los resultados revelaron un claro avance en la comprensión de las metáfora entre los 11 y 15 y, como es normal, sobre todo entre las edades de 15 y 21. Sin embargo, la importancia de la función ejecutiva en la comprensión de la metáfora era evidente ya a los 15 años, pero reveló que a los 11 años el funcionamiento ejecutivo no influyó significativamente en la interpretación de la metáfora.
Este estudio, en el que también ha participado la Universidad Camilo José Cela, se enmarca en un proyecto llevado a cabo por la UNED que ha investigado la función ejecutiva, un conjunto de habilidades cognitivas que ponemos en marcha para la resolución de situaciones complejas o novedosas.