MADRID 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sugiere que el color de la luz en la noche puede marcar una gran diferencia para la salud. En un experimento con hámsteres, los investigadores encontraron que la luz azul tiene los peores efectos sobre el estado de ánimo, seguidos de cerca por la luz blanca, mientras que los roedores expuestos a la luz roja en la noche tuvieron significativamente menos evidencia de síntomas de tipo depresivo y cambios en el cerebro vinculados a la depresión.
A los únicos hámsteres que les fue mejor que a los expuestos a la luz roja fue a los que tuvieron oscuridad total de la noche. Los hallazgos, que publica este miércoles 'Journal of Neuroscience', podrían tener implicaciones importantes para los seres humanos, en particular para los que trabajan en turnos de noche que los hacen susceptibles a trastornos en el estado de ánimo, dijo Randy Nelson, coautor del estudio y profesor de Neurociencia y Psicología en la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos.
"Nuestros hallazgos sugieren que si podemos utilizar la luz roja en el caso de los trabajadores del turno de noche, puede tener menos efectos negativos sobre su salud que la luz blanca", afirmó Nelson.
La investigación examinó el papel de las células fotosensibles especializadas en la retina, llamadas ipRGCs, que no tienen un papel importante en la visión, pero detectan la luz y envían mensajes a una parte del cerebro que ayuda a regular el reloj circadiano del cuerpo, es decir, el reloj maestro del cuerpo que ayuda a determinar cuándo las personas tienen que dormir y estar despiertas.
Otras investigaciones sugieren que estas células sensibles a la luz también envían mensajes a las partes del cerebro que desempeñan un papel en el estado de ánimo y las emociones.
"Luz en la noche puede afectar a partes del cerebro que regulan el estado de ánimo al recibir señales durante las horas del día cuando no deberían hacerlo", dijo el coautor Tracy Bedrosian, estudiante graduado en la Universidad Estatal de Ohio, que ahora es investigador postdoctoral en el Instituto Salk. "Ésta puede ser la razón por la que la luz de la noche parece estar relacionada con la depresión en algunas personas", afirmó.
Lo que la gente experimenta como diferentes colores de la luz son en realidad las luces de diferentes longitudes de onda y los ipRGCs no parecen reaccionar a la luz de diferentes longitudes de onda de la misma manera. "Estas células son más sensibles a las longitudes de onda azules y menos sensibles a las longitudes de onda rojas --concretó Nelson--. Queríamos ver cómo la exposición a estas longitudes de onda de diferentes colores afectó a los hámsteres".
En un experimento, los científicos expusieron a hámsteres adultos siberianos hembras durante cuatro semanas a cada una de las condiciones nocturnas sin luz, con luz tenue roja, luz blanca tenue (similar a la de las bombillas normales) o luz azul tenue. A continuación, hicieron varias pruebas con los roedores que se utilizan para detectar los síntomas de tipo depresivo.
Por ejemplo, si los hámsteres bebían cantidades menores a lo normal de agua de azúcar, un manjar del que normalmente disfrutan, se ve como una evidencia de un problema de estado de ánimo. Los resultados mostraron que los hámsters que se mantuvieron en la oscuridad de la noche bebieron más agua de azúcar, seguidos de cerca por los expuestos a la luz roja, mientras los de la luz blanca o azul oscuro bebieron mucha menos agua de azúcar que el resto.
Después de la prueba, los científicos examinaron las regiones del hipocampo del cerebro de los hámsteres. Los hámsteres que pasaron la noche en luz azul o blanca tenue tenían una densidad significativamente menor de espinas dendríticas (utilizados para enviar mensajes químicos de una célula a otra) en comparación con los que vivían en la oscuridad total o los que estuvieron expuestos sólo a la luz roja.
"Una menor densidad de estas espinas dendríticas se ha relacionado con la depresión -destacó Nelson--. Las pruebas de comportamiento y los cambios en la estructura del cerebro en hámsteres sugieren que el color de las luces puede jugar un papel clave en el estado de ánimo". "En casi todas las medidas que teníamos, los hámsteres expuestos a la luz azul estaban peor situados, seguidos de los expuestas a la luz blanca. A pesar de que la oscuridad total era mejor, la luz roja no fue tan mala como en otras longitudes de onda que estudiamos", añadió.
Nelson y Bedrosian dijeron que creen que estos resultados pueden ser aplicables a los seres humanos y que los trabajadores por turnos y otros pueden beneficiarse de limitar por la noche la exposición a la luz de los ordenadores, los televisores y otros aparatos electrónicos. En este sentido, señalan que si se necesita la luz, el color puede tener relevancia. "Si usted necesita luz durante la noche en el baño o en el dormitorio, puede ser mejor que emita luz roja en lugar de luz blanca", dijo Bedrosian.