Actualizado: martes, 7 octubre 2014 3:04

MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

Pediatras de Atención Primaria han alertado, durante el 11º Curso de Actualización en Pediatría, sobre el incremento del consumo de alcohol entre los adolescentes y han recordado que el 77 por ciento lo ha consumido en alguna ocasión.

De hecho, han aludido al estudio 'ESTUDES' que muestra que la ingesta de bebidas alcohólicas se ha incrementado un 2 por ciento entre los adolescentes, mientras que se mantiene el descenso del consumo de tabaco y de sustancias como el cannabis, los tranquilizantes con y sin receta y la cocaína.

En concreto, la edad media de inicio del consumo de alcohol y tabaco se sitúa entre los 13 y los 14 años y, en el caso de las drogas ilegales, el consumo empieza entre los 15 y 16 años. "El policonsumo de tres o más sustancias presenta su más alto nivel en segundo de Bachillerato aunque hemos detectado que 1 de cada 5 escolares por debajo de los 12 años ha experimentado con alcohol y 1 de cada 10 con tabaco", ha comentado la pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud Arturo Eyries de Valladolid, Marta Esther Vázquez.

Por sexos, las chicas consumen más alcohol (78,9% chicas frente al 75,6% chicos) y tabaco (39,7% chicas y 34% chicos). Sin embargo, son los chicos los que consumen en mayor proporción el resto de drogas. La prevalencia de borracheras en el último año entre los que han consumido alcohol es del 64 por ciento y 1 de cada 5 estudiantes reconoce haber sido pasajero en los últimos 12 meses en vehículos conducidos bajo los efectos del alcohol. En este contexto, el 50 por ciento de mujeres adolescentes que han informado de agresiones sexuales estaban bajo la influencia del alcohol u otras drogas.

Ahora bien, en los últimos años han aparecido nuevos conceptos para consumir alcohol que pretenden aumentar la rapidez del efecto y ocasionan importantes daños locales. También la práctica del 'binge drinking' (BD), que consiste en consumir 5 o más copas o vasos de alcohol en un periodo de 2 horas, que es "más dañino" y produce alteraciones cognitivas, de la memoria y del aprendizaje en un cerebro todavía en desarrollo.

Ante todo esto, los expertos han avisado de que las crisis de ansiedad, depresión, trastornos psicóticos, falta de motivación, alteraciones del sueño, disminución de la concentración y del apetito son algunas de los efectos relacionados con el consumo de drogas. Asimismo, prosiguen, impiden en muchos casos el desarrollo personal y social e inducen a comportamientos descontrolados.

"En concreto el cannabis, dificulta notablemente el aprendizaje escolar y sus efectos son prolongados. Cuanto antes se comienza a consumir y más frecuente es el consumo, mayor es el riesgo. El consumo crónico puede conducir a un estado de pasividad e indiferencia (síndrome amotivacional), que persiste aunque se deje de consumirlo", ha comentado Vázquez.

Por ello, los especialistas han destacado la necesidad de que la prevención de las conductas de riesgo tóxico comiencen desde las primeras edades y, al mismo tiempo, se integren dentro de la formación general de los niños y adolescentes de una forma sistemática y continua. Para ello, señalan, es necesario que el enfoque sea múltiple y participativo.

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