MADRID, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por el Hospital Infantil de Investigación St. Jude, en Memphis, Tennessee, Estados Unidos, y publicada en la edición digital de 'Nature Genetics', ha detectado una variación genética heredada, más común entre los estadounidenses de origen hispano, que está ligada a un mayor riesgo de desarrollar leucemia linfoblástica aguda infantil (ALL, en sus siglas en inglés), un subtipo que se asocia con un mal resultado.
La variante de alto riesgo se encontró en el gen GATA3, que era más común entre los hispanos y otras personas con alta ascendencia nativa americana que los de otros orígenes étnicos. El 40 por ciento de los hispanoamericanos lleva la variante de alto riesgo, en comparación con 14 por ciento de las personas de ascendencia europea.
Los niños hispanos son conocidos por tener mayor riesgo de desarrollar ALL y morir por la enfermedad. Este es el último trabajo de una serie de estudios del Hospital St. Jude que informa de una asociación entre las variaciones de ADN heredadas en un puñado de genes y un mayor riesgo de la ALL infantil entre los menores de origen hispano.
Se trata de la primera investigación en relacionar una variación genética heredada a un riesgo elevado de desarrollar el subtipo de leucemia conocida como Ph -como ALL. Las personas con la versión de alto riesgo de GATA3 eran 3,85 veces más propensas que las que heredan una versión diferente del gen para desarrollar Ph- como ALL, además de registrar más riesgo de tener una respuesta pobre al tratamiento y una recaída.
Un porcentaje significativo de los pacientes con la variante GATA3 de alto riesgo también poseía alteraciones genéticas del tumor, incluyendo mutaciones, deleciones génicas y reagrreglos cromosómicos, que son sello de Ph- como ALL. Los cambios que se producen en los genes, incluyendo CRLF2, JAK y IKZF1, regulan cómo crecen las células de la sangre y maduran.
"Hasta hace poco, se sabía muy poco acerca de por qué un niño desarrolla un subtipo específico como ALL y si las variaciones genéticas hereditarias que predisponen a un individuo a un subtipo también influyen en la forma en que responde a la terapia", resaltó el autor Jun J. Yang, miembro adjunto del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de St. Jude.
"En este estudio, hemos descubierto una base genética para la susceptibilidad a Ph-como ALL, pero aún más importante, la evidencia de que los genomas del huésped y el tumor pueden interactuar entre sí para influir en el riesgo de desarrollar y sobrevivir a ALL", prosiguió este científico de este estudio de 680 pacientes, que se realizó en colaboración con el Grupo de Oncología Infantil, un equipo de investigación cooperativo centrado en la investigación del cáncer infantil y los ensayos clínicos.
La variación GATA3 de alto riesgo se identificó utilizando una biblioteca de 718.890 variaciones genéticas comunes conocidas como polimorfismos de nucleótido único o SNP. Los investigadores encontraron pruebas de que la versión de alto riesgo del gen se asoció significativamente con el aumento de producción de la proteína GATA3 en las células que crecen en el laboratorio.
También encontraron evidencia de que el exceso de actividad de GATA3 en células de leucemia condujo a cambios en la actividad de otros genes que reflejaban Ph-como ALL. "Debido a que esta variante provoca una mayor expresión de GATA3 desde su nacimiento, se sospecha que ese mayor nivel de GATA3 puede sentar las bases para el desarrollo de Ph- como ALL más tarde", resumió otro de los autores, la becaria postdoctoral en el Departamento de Ciencias Farmacéuticas en St. Jude Virginia Pérez-Andreu.