MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado este miércoles de que más de 1.000 millones de afectados por enfermedades tropicales desatendidas recibieron tratamiento en 2015, lo que supone "progreso extraordinario" desde 2007.
"La Organización ha sido testigo de avances extraordinarios en el empeño por doblegar antiguas plagas como la enfermedad del sueño y la elefantiasis. En los últimos 10 años, una de las alianzas mundiales más eficaces de la salud pública moderna ha conseguido evitar secuelas discapacitantes y rescatar de la pobreza a millones de personas", ha afirmado la directora general de la OMS, Margaret Chan.
En estos términos se ha referido durante la presentación del informe 'Integración de la lucha contra las ETD en la salud y el desarrollo mundiales', donde además se desgrana que se ha suministrado el tratamiento profiláctico contra la filariasis linfática (elefantiasis) de 556 millones de personas; mientras el tratamiento contra la oncocercosis (ceguera de los ríos) de más de 114 millones de personas, es decir, el 62% de los afectados.
La OMS se felicita también de que solamente se hayan noticiado 25 casos en humanos de dracunculosis en 2016, un logro que pone al alcance de la mano la erradicación de la enfermedad; asimismo, que se haya reducido la incidencia de la tripanosomiasis africana humana (enfermedad del sueño) de 37.000 nuevos casos en 1999 hasta una cifra muy inferior a 3.000 casos en 2015.
Por otro lado, destaca la eliminación del tracoma, la principal causa infecciosa de ceguera, como problema de salud pública en Omán, Marruecos y México. Solo en 2015, se proporcionó tratamiento quirúrgico a más de 185.000 afectados en todo el mundo y se administraron antibióticos a más de 56 millones de personas.
Finalmente, el informe destaca que en 2015 se logro el objetivo de eliminación de la leishmaniasis visceral en el 82 por ciento de los subdistritos de la India, el 97 por ciento de los subdistritos de Bangladesh y el 100 por ciento de los distritos del Nepal; y se notificaron solamente 12 muertes humanas por rabia en la Región de las Américas, un logro que acerca a la Región al objetivo de eliminar la enfermedad en el ser humano de aquí a 2015.
El informe muestra que, mediante un apoyo político decidido, donaciones desinteresadas de medicamentos y mejoras en las condiciones de vida, se puede ampliar de forma continuada los programas de lucha contra estas enfermedades en los países donde son más frecuentes.
El director del Departamento de Control de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, el doctor Dirk Engels, afirma que "para seguir avanzando en la lucha contra estas enfermedades hay que realizar progresos que acerquen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
Alcanzar las metas mundiales relativas al agua y el saneamiento será fundamental, ya que la OMS calcula que hay 2400 millones de personas que aún no disponen de instalaciones sanitarias básicas, como inodoros y letrinas, y que más de 660 millones continúan bebiendo agua de fuentes 'no mejoradas', como las aguas superficiales.
Paralelamente, la preocupación mundial por los brotes recientes de la enfermedad por el virus de Zika y por sus complicaciones asociadas ha llevado a intensificar los esfuerzos de lucha antivectorial. En mayo del presente año, la Asamblea Mundial de la Salud examinará las propuestas de adopción de una nueva respuesta mundial para el control de vectores. Además, se han abierto perspectivas más favorables que permitirán conceder mayor prioridad a la colaboración intersectorial para promover la veterinaria de salud pública.
ENFERMEDADES TROPICALES DESATENDIDAS
Las enfermedades tropicales desatendidas suelen ser la causa de la ceguera, desfiguración, mutilación y debilidad para cientos de millones de personas residentes en barrios urbanos marginales y en las regiones del mundo donde la pobreza es más acuciante.
Estas enfermedades, que antiguamente eran prevalentes en varias zonas del mundo, actualmente están restringidas a regiones tropicales y subtropicales donde el agua es insalubre, la higiene y saneamiento resultan insuficientes y las condiciones de vivienda no son adecuadas. Las poblaciones más pobres que viven en zonas rurales remotas, barrios marginales de las ciudades o zonas de conflicto son las que corren mayor riesgo de sufrir estas enfermedades.
Más del 70% de los países y territorios que informan de la presencia de ETD tienen unos ingresos medianos o bajos.