MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) asegura que a los pacientes de cáncer de próstata que son sometidos al tratamiento de braquiterapia de baja tasa de dosis no se les desaconseja la práctica de relaciones sexuales ya que la radiación es inferior a la recibida en un vuelo comercial y, por tanto, no puede contaminar ningún tejido ni fluido corporal.
La braquiterapia de baja tasa de dosis consiste en la colocación permanente de fuentes radioactivas en el interior de la próstata para tratar tumores de dicha localización y, como monoterapia, se ha convertido en una opción para el tratamiento curativo del cáncer de próstata órgano-confinado.
La mayoría de veces se utilizan semillas de titanio cargadas en su interior con el isótopo Iodo-125, que se implantan en la próstata a través del periné y pierden su radiactividad gradualmente. Se pueden colocar unidas las unas a las otras formando trenes o individualmente, como semillas sueltas.
Los isótopos radioactivos que se utilizan en esta técnica se encuentran en el interior de una cápsula herméticamente cerrada, por lo que es capaz de irradiar pero en ningún caso puede contaminar ningún tejido ni fluido corporal como semen, orina o sangre.
No obstante, cuando se utilizan semillas sueltas y ante el hipotético riesgo de eliminación de alguna de ellas durante la eyaculación, la SEOR aconseja el uso de preservativo durante las primeras relaciones sexuales tras el implante, si bien insiste en que este riesgo es muy bajo y está presente hasta la fijación definitiva de las semillas en el espesor del tejido prostático.
EN EMBARAZADAS, LA DOSIS TAMBIÉN ES INFERIOR A LA RECOMENDADA
En el caso de mujeres embarazadas, el embrión/feto sólo estaría expuesto a la radiación procedente del implante el tiempo que dura la relación sexual, recibiendo una dosis inferior a los límites admitidos para esta población, si bien es el especialista en Oncología Radioterápica quien debe informar de forma personalizada en cada situación individual.
Los oncólogos recuerdan además que debido a la corta distancia que puede recorrer la irradiación emitida por estas fuentes de baja energía, es posible administrarse dosis adecuadas al tumor dentro de la próstata evitando la irradiación de los órganos sanos más próximos, en este caso la vejiga y el recto.
El tratamiento se lleva a cabo en un solo día, con un tiempo de recuperación muy corto y una reincorporación rápida a las actividades normales.
De esta forma, se puede alcanzar unas tasas de control tumoral comparables a las obtenidas con cirugía, con un riesgo de incontinencia urinaria mínima y una preservación de la función eréctil a corto y medio plazo.