MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Montreal y del Instituto Armand Frappier han demostrado que los hombres circuncidados después de los 35 años son un 45 por ciento menos propensos a padecer cáncer de próstata más adelante, en comparación con quienes no se sometieron a esta intervención.
Así se desprende de los resultados de un estudio realizado por Andrea Spence y sus directores de investigación Marie-Élise Parent y Marie-Claude Rousseau, que analizaron a un total de 2.114 hombres, de los cuales a la mitad se les había diagnosticado entre 2005 y 2009 un tumor prostático.
Los pacientes tuvieron que cumplimentar un cuestionario con preguntas sobre su estilo de vida y sus antecedentes clínicos, incluyendo, en el caso de los circuncidados, la edad en que se realizó la intervención.
En general, los participantes que fueron circuncidados eran 11 por ciento menos propensos a desarrollar más tarde un cáncer de próstata en comparación con aquellos que no lo eran, un porcentaje ya de por sí estadísticamente significativo.
"Esta proporción refleja lo que se ha demostrado en otros estudios", explicó Parent. Sin embargo, los bebés que fueron circuncidados antes de la edad de un año eran un 14 por ciento menos propensos a desarrollar cáncer de próstata, mientras que si se realizaba después de los 35 años, la proporción era mucho mayor.
Estos datos concuerdan con la baja prevalencia de cáncer de próstata entre hombres judíos o musulmanes, de los que la mayoría están circuncidados. Aunque las causas específicas de este tipo de cáncer siguen siendo desconocidas, se han identificado tres factores de riesgo: edad, antecedentes familiares y raza negra.
Con respecto a este último factor de riesgo, los autores prestaron especial atención a los 178 participantes de raza negra que participaron en el estudio, de los cuales el 78 por ciento era de origen haitiano, y el riesgo de cáncer de próstata fue de 1,4 veces mayor que entre los blancos.
Además, el 30 por ciento de los hombres de raza negra estaba circuncidado (frente al 40% de la población blanca) y en estos casos también se mantuvo el efecto protector de la circuncisión, ya que redujeron hasta en un 60 por ciento su riesgo de padecer estos tumores.
Los investigadores no saben qué mecanismo permite a la circuncisión ofrecer este efecto protector frente al cáncer de próstata, como también sucede con las infecciones de transmisión sexual.
"A diferencia de la piel, la superficie interna del prepucio se compone en su mayoría de epitelio de mucosa no queratinizada, que está más fácilmente expuesto a infecciones", explicó Parent, de ahí que su extracción pudiera reducir el riesgo de sufrir una infección que podría estar asociada con el cáncer de próstata. No obstante, ha añadido, estas hipótsis deben confirmarse en estudios posteriores.