MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
La contaminación es responsable de una "buena parte" del aumento de los casos de bronquiolitis en menores de 6 meses, según ha informado la responsable del servicio de Neonatología y Urgencias Pediátricas del Hospital La Milagrosa de Madrid, Paloma Nacher.
Esta enfermedad grave está causada por el virus sincitial respiratorio, es muy frecuente en lactantes y niños porque sus vías respiratorias son de tamaño reducido y se obstruyen con mayor facilidad. Suele darse con más frecuencia entre los tres y seis meses de edad y va desapareciendo a medida que el niño va creciendo y sus pulmones madurando.
"Se ha demostrado una relación importante entre el aumento de la concentración de partículas en el aire contaminado con la disminución de la función pulmonar del niño. Esto puede complicar y producir crisis bronquiales obstructivas en niños con síntomas respiratorios previos. Así pues, los bebés expuestos a altos niveles de contaminación tienen mayor riesgo de contraer el virus de la bronquiolitis", ha explicado el experto.
SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO
En concreto, la bronquiolitis comienza como una infección leve de las vías respiratorias altas y, al cabo de dos o tres días, el niño presenta más problemas respiratorios, como sibilancias y tos. Los principales síntomas son dificultad respiratoria, que incluye sibilancias y falta de aliento, tos, fatiga, fiebre, tiraje y, en el caso más grave, piel morada debido a la falta de oxígeno.
Asimismo, y debido a que el virus se propaga si se entra en contacto directo con secreciones de la nariz y la garganta de alguien que tenga la enfermedad, el Servicio de Neonatología del Hospital La Milagrosa ha destacado necesidad de lavar las manos con frecuencia, mantener alejado al bebé o niño del humo del tabaco y asegurar un descanso suficiente y una alimentación saludable para que ayudar al organismo a defenderse de las enfermedades.
Los antibióticos no son útiles, ya que la bronquiolitis es una enfermedad respiratoria provocada por una infección viral y los antibióticos sólo son eficaces en las infecciones bacterianas. A veces el profesional puede estimar necesario la medicación para ayudar a desobstruir las vías espiratorias del niño. En los casos más graves se requiere la hospitalización del niño para poder suministrarle oxígeno y ayudarle a respirar hasta su completa mejoría.