MADRID 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Wadsworth Center de Nueva York (Estados Unidos) han detectado que muchos mordedores de plástico utilizados para aliviar el dolor que sufren los bebés cuando empiezan a salir los dientes contienen niveles bajos de bisfenol-A (BPA) y otros disruptores endocrinos cuyo uso está en entredicho por posibles problemas para la salud.
Su estudio se publica en la revista 'Environmental Science & Technology' después de que Estados Unidos y otros países hayan prohibido o restringido el uso de estos compuestos en determinados productos para niños y bebés. Sin embargo, hasta ahora su presencia en los mordedores no se había estudiado a fondo.
Estudios previos han demostrado que, en animales, estos compuestos alteran la función endocrina y pueden interaccionar con las hormonas causando efectos nocivos para el desarrollo, neurológicos y reproductivos.
De hecho, la Comisión Europea restringió en 2011 el uso de BPA en biberones y, un año más tarde, Estados Unidos siguió su ejemplo un año más tarde prohibiéndolos también en las tazas que usan los niños para beber. Sin embargo, pocos estudios habían analizado su presencia en otros artilugios de plástico que los niños se llevan a la boca, como los mordedores.
Para ello, el estudio analizó 59 mordedores sólidos, llenos de gel o agua comprados a través de Internet y encontraron hasta 26 productos químicos potencialmente perjudiciales para la salud endocrina. Aunque la mayoría de los productos fueron etiquetados como libres de BPA o no tóxicos, todos ellos contenían BPA.
Además, los investigadores detectaron una variedad de diferentes parabenos y antimicrobianos como triclosan y triclocarban en la mayoría de los mordedores. Los niveles de exposición al BPA serían inferiores a los estándares fijados por el Centro Europeo para la prevención y el Control de Enfermedades para una ingesta diaria tolerada, según el tiempo medio de uso y el peso corporal de un bebé de un año.
Sin embargo, aclaran, estos umbrales se establecen para compuestos individuales y no se tiene en cuenta la exposición a múltiples disruptores, al tiempo que tampoco todos los productos químicos detectados están tan controlados como el BPA.