MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) muestra que un dispositivo experimental podría ayudar a silenciar los sonidos fantasmas propios del tinnitus, al atacar la actividad nerviosa ingobernable en el cerebro. En un nuevo artículo publicado en 'Science Translational Medicine', informan sobre los resultados de las primeras pruebas con animales y un ensayo clínico con 20 pacientes afectados por este trastorno.
En base a años de investigación científica sobre las causas de la afección, el dispositivo usa sonidos precisos y pulsos eléctricos débiles que activan los nervios táctiles, ambos centrados en hacer que las células nerviosas dañadas vuelvan a la actividad normal. Los participantes humanos informaron que después de cuatro semanas de uso diario del dispositivo, el volumen de los sonidos fantasmas disminuyó y mejoró la calidad de vida relacionada con el tinnitus. Un "tratamiento" simulado usando solo sonidos no produjo estos efectos.
Los resultados de las pruebas en conejillos de Indias y el estudio doble ciego en humanos financiado por la Fundación Coulter validan años de investigación preclínica financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) estadounidenses, incluyendo pruebas previas en conejillos de Indias. El equipo de U-M tiene nuevos fondos de los NIH para realizar un ensayo clínico adicional para perfeccionar el enfoque. La U-M tiene una patente sobre el concepto detrás del dispositivo y lo está desarrollando para su posible comercialización.
"El cerebro, y específicamente la región del tronco encefálico llamada núcleo coclear dorsal, es la raíz del tinnitus, explica la directora del equipo de investigación, Susan Shore, profesora de la Facultad de Medicina de U-M. Cuando las neuronas principales en esta región, llamadas células fusiformes, se vuelven hiperactivas y se sincronizan entre sí, la señal fantasma se transmite a otros centros donde ocurre la percepción".
"Si podemos detener estas señales, podemos detener el tinnitus -continúa--. Eso es lo que nuestro enfoque intenta hacer y estamos animados por estos resultados paralelos iniciales en animales y humanos". El abordaje, llamado estimulación bimodal auditiva-somatosensorial dirigida, involucra dos sentidos. El dispositivo reproduce un sonido en los oídos, alternando con pulsos eléctricos suaves y precisos que se suministran en la mejilla o el cuello.
Esto desencadena un proceso llamado plasticidad dependiente del tiempo de estímulo (STDP, por sus siglas en inglés), que se exploró por primera vez en animales y condujo a cambios a largo plazo en la velocidad a la que los nervios se activan. El enfoque tiene como objetivo restablecer la actividad de las células fusiformes, que normalmente ayudan a nuestros cerebros a recibir y procesar sonidos y sensaciones, como el tacto o la vibración, lo que los científicos llaman entradas somatosensoriales.
En condiciones normales, las células fusiformes ayudan a que nuestro cerebro se centre en el origen de los sonidos y nos ayudan a desconectar las sensaciones que resultan del movimiento de nuestra cabeza y cuello. Pero el trabajo previo del equipo de U-M en animales mostró que el ruido puede desencadenar un cambio en la actividad de las células nerviosas, alterando su sincronización para que envíen señales sincronizadas espontáneamente en lugar de esperar un sonido real en el ambiente.
Estos eventos en animales son paralelos a lo que sucede en los humanos. Después de la exposición a cosas tales como ruidos fuertes, traumas en la cabeza o el cuello u otros eventos desencadenantes, algunas personas desarrollan una sensación persistente de que están oyendo sonidos como un zumbido o un ruido.
Los peores síntomas ocurren en alrededor del 10 por ciento de los que lo padecen, según las estimaciones basadas en entrevistas con muestras representativas de estadounidenses a nivel nacional. Muchos de los que tienen tinnitus más grave también presentan pérdida de audición. Algunos casos son severos, impidiendo trabajar o llevar a cabo otras actividades diarias debido al tinnitus en sí, o la angustia psicológica que les causa.
Los enfoques actuales para el tratamiento de tinnitus incluyen esfuerzos para abordar la angustia psicológica que causa, por ejemplo, a través de la terapia cognitiva conductual. Otras terapias utilizan el sonido para enmascarar los sonidos fantasmas o intentar modular la respuesta cerebral.
Para casos más severos, algunos pacientes recurren a enfoques invasivos, y por lo tanto más arriesgados, como la estimulación cerebral profunda y la estimulación del nervio vago. El enfoque actual proporciona una estrategia nueva, única y no invasiva que tiene como objetivo modular y corregir las rutas neurales alteradas que causan el tinnitus.
Los investigadores reclutaron a un tipo particular de paciente de tinnitus para su estudio: aquellos que pueden alterar temporalmente sus síntomas si aprietan sus mandíbulas, sacan la lengua, o giran o flexiona sus cuellos. Estas maniobras, dice Shore, parecen ser formas que han descubierto los propios afectados de cambiar la actividad de las células fusiformes, proporcionando una señal somatosensorial externa para modular su tinnitus.
UNA DISMINUCIÓN DE UNOS 12 DECIBELIOS
El dispositivo ofrece sonidos que coinciden con el volumen y el tono de los sonidos fantasmas que escucha cada paciente y también proporciona impulsos eléctricos suaves aplicados al área de la cabeza involucrada en las propias maniobras de alteración del tinnitus de los pacientes.
El momento crucial de la estimulación eléctrica y auditiva provino directamente de las pruebas en cobayas que tenían tinnitus inducido por el ruido. Esas pruebas mostraron que el tiempo específico entre la entrega de los dos tipos de estímulos era necesario para suprimir las células fusiformes hiperactivas.
Después de que los pacientes calibraran el dispositivo para sus propios síntomas de tinnitus, aprendieron a aplicar sus auriculares y electrodos durante una sesión de 30 minutos cada uno día. La mitad del grupo recibió el tratamiento bimodal de sonido y electricidad durante las primeras cuatro semanas, mientras que la otra mitad obtuvo solo sonidos. Luego, todos tomaron un descanso de cuatro semanas y comenzaron las siguientes cuatro semanas recibiendo lo opuesto a lo que habían tenido antes.
Ninguno de ellos sabía qué opción obtuvieron primero. Cada semana, los pacientes realizaban una encuesta sobre cuánto afectaban sus tinnitus a sus vidas y una prueba de cómo de fuertes eran sus sonidos de tinnitus. En general, el volumen de los sonidos fantasma disminuyó solo después del tratamiento real o bimodal, pero no del tratamiento simulado del sonido solamente.
Para algunos, la disminución fue de alrededor de 12 decibelios, aproximadamente la magnitud del zumbido de una bombilla eléctrica. Dos participantes dijeron que su tinnitus había desaparecido por completo. La encuesta de calidad de vida, donde una puntuación baja indica un menor impacto del tinnitus, se llama TFI y se mide en una escala de 100 puntos. Los modelos estadísticos de los resultados revelaron que, en promedio, los pacientes experimentaron puntuaciones significativamente reducidas en el caso del tratamiento activo, aunque el tamaño del efecto en pacientes individuales varió.
De media, las puntuaciones también se mantuvieron bajas durante semanas después del tratamiento, pero este efecto no fue significativo para el tratamiento simulado. Ningún paciente experimentó un empeoramiento de los síntomas o la calidad de vida u otros eventos adversos. Algunos dijeron que sus sonidos fantasmales se volvieron menos duros o penetrantes, o que se hicieron más fáciles de ignorar.