MADRID, 21 Ago. (EDIZIONES) -
El 'escáner' o 'Tomografía Axial Computarizada' o 'TAC' es una de las pruebas más comunes que los profesionales sanitarios emplean para conseguir información sobre el paciente y saber si sufre alguna enfermedad. Es una prueba radiológica. Por ello, se realiza en un aparato localizado en los servicios de radiodiagnóstico de los hospitales, basado en la utilización de rayos X y de potentes ordenadores, para conseguir imágenes del interior de los pacientes.
El escáner es una máquina compleja que consta de una camilla, en la que se coloca y tumba el paciente, y un 'gantry', un tubo de rayos X especial, que gira a gran velocidad. Esto permite adquirir información de todo el volumen del paciente. "Oirá el ruido de la máquina al moverse, lo que no debe asustarle. En todo momento estará vigilado y podrá hablar con las personas que manejan el TAC. La prueba es totalmente indolora. El paciente tiene que estar tumbado y quieto en una camilla que se desplaza durante el estudio. Se le señala cuando debe de contener la respiración", explica a Infosalus el responsable estratégico de la Sociedad española de Radiología Médica (SERAM), Miguel Ángel Trapero.
El también jefe del área de diagnóstico por imagen del Hospital Universitario Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid) subraya que esta prueba la realiza un técnico especialista. "Es importante que siga sus instrucciones, especialmente cuando le indique cómo y cuándo debe respirar y contener la respiración. En algunos casos (cuando se le explora el abdomen) deberá beber unos vasos de líquido con sabor a anís antes de empezar la prueba. También puede ser necesario inyectarle un contraste en la vena", añade.
Trapero indica que la duración del estudio es variable, aunque normalmente oscila entre los 10 y los 30 minutos, dependiendo de la parte del cuerpo a explorar. Según precisa, el TAC está indicado en estudios de cabeza por accidentes o enfermedades neurológicas, estudios del tórax y del abdomen por numerosas enfermedades, o en estudios de columna, por ejemplo.
"Un escáner permite ver la anatomía y la patología del interior del cuerpo en unos cortes axiales. Como si fueran unas lonchas que facilitan ver la estructura del cuerpo. Tiene mayor utilidad en el tórax, aunque se usa habitualmente en abdomen. En los pacientes oncológicos sirve para controlarlos. También se usa mucho en los traumatismos craneales. La gran ventaja que aporta el TAC es que con él se pueden visualizar partes del cuerpo que de otra forma no se podría estudiar. Los modernos equipos de TC lo consiguen de una forma muy precisa permitiendo diagnósticos precoces", agrega el especialista.
INDICACIONES, PREPARACIÓN Y RIESGOS QUE CONLLEVA
Así, el también profesor asociado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid enumera las principales recomendaciones a la hora de asistir a un TAC:
- El paciente deberá estar en ayunas al menos dos horas antes de la prueba.
- Debe beber líquidos (agua, zumos, batidos, caldos) hasta un total de unos 2 litros distribuidos entre antes y después de hacerse la prueba. "Si tiene prohibido beber líquidos, absténgase de adoptar esta medida", precisa el experto.
- Es necesario acudir con ropa fácil de quitar y poner, y cumplir las normas de higiene mínimas.
En cuanto a los riesgos que puede conllevar el escáner, el miembro de la SERAM especifica que generalmente están relacionados con el uso de radiaciones ionizantes y de los contrastes yodados, aunque no en todos los casos es necesario usar el contraste. "Estos riesgos son bajos", apostilla, a la vez que tranquiliza indicando que siempre que se realice un TAC será por indicación médica, lo que en su opinión tiene más beneficios que desventajas para el paciente.
"Además, para esta exploración se utilizan Rayos X. Con los aparatos y las técnicas actuales, la cantidad de radiación que se recibe es pequeña", agrega. Eso sí, precisa que los estudios radiológicos no son recomendables durante la gestación, por lo que si se está embarazada o se cree que puede estarlo hay que comunicarlo al especialista antes de empezar.
EL CONTRASTE
"Si el radiólogo responsable de su exploración estima que la solicitud está justificada y lo considera estrictamente necesario, le será puncionada una vena del antebrazo para la inyección del contraste yodado", avisa. En general, según explica, este contraste se utiliza para estudiar mejor un órgano determinado, una lesión encontrada o para excluir con carácter definitivo algunos tipos de lesión dudosa. La administración del mismo es necesaria en aproximadamente el 60% de los pacientes en TAC.
Concretamente, Trapero precisa que suelen emplearse medios de contraste yodado no iónicos, "de los productos más seguros usados en medicina", aunque dice que no están completamente exentos de riesgos, derivados esencialmente de una posible alergia al mismo. En este sentido avisa de que:
- No es posible saber con antelación qué paciente puede presentar una reacción adversa al contraste aunque es muy poco probable que esto ocurra.
- Con carácter general las reacciones que se pueden presentar son las siguientes:
* Reacciones leves: Son las más frecuentes. Síntomas: nauseas, calor generalizado y enrojecimiento de la cara. No necesitan tratamiento y ceden espontáneamente en pocos minutos.
* Reacciones moderadas: Se presentan como urticaria limitada, prurito, rinitis, conjuntivitis, edema, broncoespasmo leve y vómitos. Se corrigen fácilmente con la medicación adecuada.
* Reacciones graves: Ocurren en aproximadamente 4 por cada 10.000 personas a las que se administra contraste. La sintomatología es urticaria generalizada, edema de laringe, angioedema, hipotensión, broncoespasmo, dolor torácico, edema pulmonar, arritmia cardiaca, convulsiones, insuficiencia renal agudo y shock. Generalmente se corrigen también con tratamiento adecuado.
"Con carácter excepcional podría producirse la muerte, en un 0,27 por cada millón de exploraciones, por lo que este riesgo es muy remoto. Muy inferior al riesgo que tiene cualquier persona de morirse, por ejemplo, en un accidente de trafico (100 muertes por cada un millón de personas)", precisa el especialista. Finalmente, Miguel Ángel Trapero resalta que tras la realización de la prueba puede hacerse vida normal, aunque recuerda que está recomendado la ingesta de unos dos litros de agua.