MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los pacientes que son diagnosticados como alérgicos a los ácaros saben que son "unos bichitos feísimos que no se ven pero que existen", por eso les preocupa especialmente "cómo poder convivir con ellos sin tener síntomas de alergia", ha afirmado la alergóloga del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, la doctora Pilar Cots.
La Alergología es una ciencia relativamente joven, lo que a veces conlleva cierta desinformación en la sociedad sobre estas enfermedades. Por este motivo, la doctora Cots considera necesario derribar los mitos que existen sobre la alergia a los ácaros. La especialista ha asegurado que la alergia a los ácaros no es peligrosa, pero puede afectar a la salud de diferentes formas, llegando a alterar la vida de quienes la sufren. Se pueden producir reacciones importantes como episodios de asma severos y de difícil control.
La doctora recomienda no tener mascotas de pelo ni de pluma ya que los ácaros se alimentan de restos procedentes de humanos y de animales, "lo que ocasiona que la población de ácaros sea mayor mientras más personas y animales haya en la vivienda". La especialista asegura que no existen ácaros en el polvo de la calle ni en el que se levanta en la arena ni en el de las obras, "aunque este tipo de polvo puede producir síntomas respiratorios por su efecto irritativo directo, no lo hace a través del sistema inmunológico como en el caso de los ácaros".
La alergia a los ácaros predomina en otoño y primavera ya que estos necesitan ambientes húmedos, aunque lo cierto es que el alérgico a ácaros puede estar mal en cualquier estación del año si se dan las condiciones ambientales necesarias. La sensibilización a los ácaros, que afecta a más del 30 por ciento de la población y al 90 por ciento de los asmáticos, es más importante para el desarrollo del asma que la sensibilización a los pólenes.
Los estudios demuestran que la aplicación de las medidas de prevención sí pueden ser beneficiosas sobre la aparición y la gravedad del asma, pero, en cambio, no parece que sean muy útiles para retrasar o prevenir la aparición de la sensibilización de alergia a los ácaros en una persona previamente no alérgica.
LAS ALERGIAS NO SE CURAN
Aunque mucha gente cree que una vez que aparece la alergia es imposible curarla, razón por la cual suponen que deberán soportar sus ataques de forma crónica durante su vida. Hoy en día esto no es así ya que los alergólogos disponen de tratamientos eficaces para controlar los síntomas, evitar la evolución de la enfermedad e incluso disminuir la sensibilización existente, como es el caso de la inmunoterapia o vacunas para la alergia.
Las vacunas son el único tratamiento capaz de modificar la evolución de la enfermedad alérgica, su porcentaje de éxito es alto si se escoge bien el paciente y la vacuna que se va a administrar, por este motivo es muy importante que sea un médico especialista quien las prescriba.
La doctora ha afirmado que las enfermedades alérgicas, cuanto más rápido se llegue al diagnóstico y se inicie el tratamiento, mayores serán las probabilidades de éxito y menores las de sufrir complicaciones.