MADRID 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las gafas de sol en verano son muy útiles pues en los niños ayudan a prevenir posibles casos de conjuntivitis y queratitis, mientras que en la gente mayor, los rayos del sol pueden provocarles importantes daños en sus estructuras oculares como en el cristalino o incluso pueden favorecer la aparición de cataratas.
"En verano, las gafas de sol son prácticamente imprescindibles para cualquier persona que esté expuesta a los rayos solares, sea en la playa o en la montaña, pero son los niños y las personas mayores los colectivos de la población que más pueden beneficiarse de su uso", afirma el presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), el profesor Luis Fernández-Vega.
Así, una fuerte exposición a la luz del sol y a la radiación ultravioleta, puede causar, entre otras cosas, conjuntivitis o queratitis, una inflamación de la córnea que, además de la molestia ocular que conlleva, puede introducir otras alteraciones como cicatrices en la córnea o molestias de secreción lagrimal. Si no se está debidamente protegido, la luz del sol también puede favorecer que se agudice un ojo seco en aquellas personas que lo padecen.
RECOMENDACIONES PARA ADQUIRIR UNAS GAFAS DE SOL
Es importante que a la hora de comprar unas gafas de sol se haga en ópticas o centros de confianza y nunca en sitios que no ofrezcan garantías suficientes de que los cristales están homologados ya que estos no protegerán a los ojos correctamente de la radiación ultravioleta.
Frente a la disyuntiva de usar una gafas compradas en sitios no homologados o no usar nada, el profesor Fernández-Vega afirma que "es preferible no usar ninguna gafa".
El presidente del SEO recuerda que unas buenas gafas de sol son aquellas que absorben al menos un 75 por ciento de la luz, siendo los cristales más recomendables los de color verde pues no modifica mucho el color de las cosas que se ven, no interfiere con la claridad de la visión y ayuda a proteger más si hay mucha luz.
Además, recuerda que las gafas no deben ser muy oscuras y que el tamaño de la gafa no interfiere sobre la protección que ofrece la misma.