MADRID, 31 Dic. (EDIZIONES) -
El consumo de alcohol está desaconsejado en pacientes con tratamiento farmacológico porque la combinación puede ser perjudicial, debido a que el alcohol influye en el metabolismo del fármaco y viceversa, de tal manera que la función del mismo puede verse anulada o bien potenciada hasta niveles tóxicos.
Así lo asegura a Infosalus la médico interno residente de Medicina Familiar y Comunitaria, en el Hospital Francesc de Borja de Gandía, y coautora de www.chuletasmedicas.com, María José Fortuny, quien señala igualmente que tanto el alcohol como algunos fármacos emplean el mismo circuito a la hora de ser eliminados del organismo (el hígado), ya que el cuerpo los considera 'tóxicos'.
"Por tanto, si combinamos un fármaco de metabolismo hepático con alcohol, ambos compiten por ser metabolizados al mismo tiempo, disminuyendo su función o, por el contrario, aumentando su efecto, o prolongando su presencia en la sangre, con mayor riesgo de toxicidad o de efectos secundarios", alerta la especialista.
En el caso de la toma de fármacos habituales, como cualquier antiinflamatorio o el ibuprofeno, por ejemplo, con el alcohol, Fortuny alerta de que éste puede aumentar sus efectos secundarios a nivel gástrico y provocar gastritis, o úlceras, por ejemplo, además de que el mismo alcohol potencia la producción de ácido en el estómago.
En el caso de antibióticos, señala que su efecto se ve generalmente comprometido ante la presencia de alcohol en sangre. "Ejemplos más relevantes, y cuyos efectos pueden ser más peligrosos, si se consume alcohol a la vez, son los fármacos anticoagulantes (acenocumarol), los ansiolíticos (diazepam) o algunos antidepresivos", añade.
No obstante, dice que influyen otros muchos factores como el tiempo de duración del tratamiento, la cantidad de alcohol, o el tiempo de consumo, además de la variabilidad individual (el metabolismo de las sustancias es muy variable en cada persona).
En el caso de los anticonceptivos hormonales orales, que no dejan de ser fármacos y, además algunos de ellos se metabolizan por vía hepática, la médico residente aconseja moderar el consumo de alcohol, ya que puede disminuir su efecto por los motivos antes explicados.
"Su efecto también puede disminuir ante su combinación con fármacos de uso habitual como antibióticos o aquellos comúnmente conocidos como 'protectores gástricos'", agrega. Por ello, en caso de necesitar algún tipo de tratamiento, Fortuny recomienda indicar al médico que se está tomando este tipo de fármacos, y consultar cualquier duda. "Están contraindicados en mujeres fumadoras, puesto que la asociación de anticonceptivos hormonales orales junto con el tabaco aumenta considerablemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares", apostilla.
FÁRMACOS TÓXICOS CON EL ALCOHOL
En este sentido, la especialista enumera aquellos fármacos que son tóxicos con la ingesta de alcohol:
· Paracetamol: Recuerda que la dosis máxima es de 4gr al día en adultos y 90mg/kilo/día en niños. Interacciona con el alcohol a nivel hepático con el riesgo de hepatitis tóxica que puede tener desenlace fatal.
· Codeína y sus derivados: De amplio uso en jarabes antitusígenos, sin embargo, no deja de ser un derivado opiáceo con su característico efecto depresor del sistema nervioso, que además se ve agravado con la presencia de alcohol.
· Acido acetil salicílico: Ampliamente utilizado como antiagregante, sin embargo, su acción gastrolesiva puede verse agravada con la combinación con alcohol.
· Antihistamínicos: Pautados generalmente para el alivio del prurito y síntomas derivados de reacción alérgica debido a su efecto sedante suave, pero que con el alcohol puede verse aumentado considerablemente.
FÁRMACOS QUE PIERDEN SU EFECTO POR EL ALCOHOL
Por otro lado, la doctora del Hospital Francesc de Borja de Gandía detalla que los fármacos que pierden su efecto por el alcohol son:
· Warfarina: Ampliamente utilizado como fármaco anticoagulante cuya función es muy sensible por su extensa lista de interacciones con alimentos y otros fármacos. Con el alcohol su función se ve disminuida aumentando de ésta manera el riesgo de trombosis.
· Antibióticos: Su función está limitada por la interacción con el alcohol, el cual influye en su metabolismo hepático.
FÁRMACOS QUE SE POTENCIAN POR EL ALCOHOL
De entre los más conocidos, destaca:
· Benzodiacepinas: Fármacos con acción sedante utilizados como relajantes musculares o como inductores del sueño. Pueden verse agravados por el consumo de alcohol, una combinación muy frecuente en intentos autolíticos.
· Metformina: El antidiabético oral de uso más extendido. Aparte de su interacción con el contraste intravenoso debemos tener en cuenta el riesgo de hipoglucemia y acidosis lácticapor su combinación con el consumo de alcohol.
· Nitroglicerina: Fármaco vasodilatador, empleado especialmente en pacientes con cardiopatía isquémica. Su efecto vasodilatador se ve potenciado con el consumo de alcohol, provocando hipotensión severa, al igual que sucede con el sildenafilo.