MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las infecciones resistentes a múltiples fármacos causan al año 25.000 muertes en Europa y 23.000 muertes en los EEUU, según los datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), que alerta además de una aumento de las resistencias antimicrobianas a antibióticos de última generación.
Con motivo del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, que se celebra este martes, diferentes países -entre los que se encuentra España- organizan a lo largo del día jornadas de concienciación del uso responsables de los antibioticos, y en contra de la automedicación y el abuso del consumo.
"Si se toman antibióticos de forma repetida e inadecuada se contribuye a aumentar la resistencia bacteriana a los antibióticos", recuerda el jefe del Laboratorio de Referencia y Programa de Vigilancia de Resistencias del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), José Campos.
Por eso, recuerda que enfermedades invernales como son la gripe y los catarros, "que son causadas por virus", no pueden tratarse con antibióticos; del mismo modo tampoco se deben utilizar antibióticos sobrantes que pueden haber funcionado muy bien en una anterior infección pero no tienen por qué ser igual de eficaces en otra.
"Los esfuerzos en la prevención y el control de las infecciones, incluyendo la vacunación, es esencial para controlar la propagación de enfermedades infecciosas y sus factores de resistencia asociados", añade.
Por lo tanto, usar con prudencia los antibióticos puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y, en consecuencia, conseguir que los antibióticos mantengan su eficacia para las generaciones venideras, lo cuál es fundamental teniendo en cuenta el coste económico y de tiempo que conlleva el desarrollo de nuevos fármacos.
"La eficacia de los fármacos existentes necesita ser preservado"; y, para ello, hay que trabajar en no crear esas resistencias. "Solo el desarrollo de nuevos antibióticos no será suficiente para hacer frente al problema de la resistencia", ya que, en su opinión, "las bacterias siempre encontrarán una manera de superar el efecto terapéutico de nuevos fármacos".
De entre los pasos que hay que dar para hacer frente a la resistencia a los antibióticos, "los expertos estiman que la mejora de las prácticas de uso de antibióticos por parte de los profesionales y los ciudadanos, es una de las acciones más importante para frenar el desarrollo y la propagación de las bacterias resistentes a los mismos".
Asimismo, advierte de que sin antibióticos eficaces las operaciones quirúrgicas, la quimioterapia o los cuidados intensivos, no serían posibles o se verían gravemente restringidas.
EL COSTE DE LAS INFECCIONES RESISTENTES
La aparición de la penicilina en la década de los 40 supuso uno de los grandes hitos en el control de las infecciones bacterianas pero, solo 70 años después, nos enfrentamos a un posible futuro sin antibióticos eficaces para tratar infecciones bacterianas graves.
Todo ello ha puesto en riesgo la eficacia de uno de los fármacos esenciales en la historia de la salud humana y ha traído, entre otras cuestiones, un aumento de los costes sociales y financieros de los tratamientos de las infecciones resistentes a los antimicrobianos ya que los pacientes infectados con microorganismos resistentes a los medicamentos son más propensos a permanecer en el hospital durante un período de tiempo más largo y tener peor mal pronóstico.
Aunque el coste total de las resistencias antimicrobianas es difícil de calcular, en 2009, el ECDC y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) estimaron que el coste total para la UE en términos de costes de atención médica adicionales y las pérdidas de productividad fue de al menos 1.500 millones de euros.
La reciente aparición y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos carbapenémicos son particularmente preocupantes porque estos antibióticos son uno de los antibióticos de última generación para el tratamiento de infecciones resistentes a múltiples fármacos.
Concretamente en Europa, según documentos del ECDC, se estima que se producen cada año a 3,2 millones de infecciones hospitalarias de las cuales 51.901 están causadas por bacterias no susceptibles a antibióticos carbapenémicos.