MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de la necesidad de cambiar la forma de "producir, prescribir y usar" los antibióticos ante la "grave amenaza" para la salud pública que están generando las resistencias bacterianas, que hacen que algunos de estos fármacos más habituales sólo funcionen en la mitad de los casos.
Así lo ha defendido el subdirector general de este organismo de Naciones Unidas, Keji Fukuda, con motivo de la presentación del primer informe mundial que realiza la OMS sobre la resistencia a los antimicrobianos y en particular a los antibióticos, que muestra como esta amenaza ha dejado de ser una previsión de futuro y ya es una realidad en todas las regiones del mundo.
"Puede afectar a cualquier persona de cualquier edad en cualquier país", reza el informe, que recuerda que estas resistencias se producen cuando la bacteria sufre cambios que hacen que los fármacos habitualmente utilizados para combatirla dejen de funcionar.
Esta resistencia está afectando a muchos agentes infecciosos distintos pero se centra en los antibióticos de siete bacterias responsables de infecciones comunes graves, como la septicemia, la diarrea, la neumonía, las infecciones urinarias o la gonorrea.
Entre las principales resistencias la OMS destaca las que afectan a los antibióticos carbapenémicos, último recurso terapéutico para las infecciones potencialmente mortales por 'Klebsiella pneumoniae', una bacteria intestinal común que causa infecciones nosocomiales, como las neumonías, las septicemias o las infecciones de los recién nacidos y los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos.
Asimismo, también está "muy extendida" la resistencia a las fluoroquinolonas, una de las clases de fármacos antibacterianos más utilizadas en el tratamiento de las infecciones urinarias por 'E. coli'.
En ambos casos, asegura la OMS, hay países de muchas partes del mundo donde estos tratamientos son ineficaces en más de la mitad de los pacientes.
Asimismo, en Austria, Australia, Canadá, Eslovenia, Francia, Japón, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica y Suecia se ha confirmado el fracaso del tratamiento de la gonorrea con cefalosporinas de tercera generación, el último recurso terapéutico para una enfermedad de la que se detectan un millón de casos diarios a nivel mundial.
Los datos son "muy preocupantes", reconoce la OMS, cuyo informe muestra además como la existencia de resistencia a los antibióticos, especialmente a los utilizados como "último recurso", afecta a todas las regiones del mundo.
EL MAPA DE LAS RESISTENCIAS BACTERIANAS
Así, en Europa hay una amplia resistencia del 'K. pneumoniae' a las cefalosporinas de tercera generación y, en algunos entornos, hasta un 60 por ciento de las infecciones por 'Staphylococcus aureus' son resistentes a la meticilina, lo que significa que el tratamiento con los antibióticos habituales no funciona.
Pero la resistencia del 'S. aureus' que hay en Europa no es la más alta ya que en otras regiones como el Pacífico Occidental o África llega al 80 por ciento y en América, hasta el 90 por ciento.
En el continente americano también es "elevada y generalizada" la resistencia del 'K. pneumoniae' y del 'E. coli' a las cefalosporinas de tercera generación y a las fluoroquinolonas, dos clases importantes y muy utilizadas de antibacterianos.
La resistencia al 'E. coli' también está "muy extendida" en la región del Mediterráneo Oriental y en Asia Sudoriental, donde vive una cuarta parte de la población. En cambio, la resistencia del 'S. aureus' en esta región solo afecta al 25 por ciento de las infecciones.
ENFERMEDADES MÁS LARGAS Y LETALES
El problema de esta resitencia, denuncia la OMS, es que prolonga la duración de las enfermedades y aumenta el riesgo de muerte. Por ejemplo, se calcula que las personas infectadas por el 'S. aureus' resistentes a la meticilina tienen una probabilidad de morir un 64 por ciento mayor que las infectadas por cepas no resistentes.
Asimismo, la resistencia también aumenta el costo de la atención sanitaria, pues alarga las estancias en el hospital y requiere más cuidados intensivos.
"Los antibióticos eficaces han sido uno de los pilares que nos ha permitido vivir más tiempo con más salud y beneficiarnos de la medicina moderna. Si no tomamos medidas importantes para mejorar la prevención de las infecciones y no cambiamos nuestra forma de producir, prescribir y utilizar los antibióticos, el mundo sufrirá una pérdida progresiva de estos bienes de salud pública mundial cuyas repercusiones serán devastadoras", insiste Fukuda.
Aunque algunos países han tomado medidas importantes para solucionar el problema, la OMS defiende la necesidad de intensificar los esfuerzos porque el informe revela que son muchos los países que carecen de instrumentos fundamentales para hacer frente a la resistencia a los antibióticos, tales como sistemas básicos de seguimiento y monitorización del problema, o en los que estos presentan grandes deficiencias.
IMPLICAR A TODOS, DESDE LOS GOBIERNOS AL CIUDADANO
Por ello, confían en que este trabajo sea el arranque de un esfuerzo mundial liderado por la OMS para hacer frente al problema de la farmacorresistencia, que implicará el desarrollo de instrumentos y patrones, así como una mejora de la colaboración mundial en el seguimiento de la farmacorresistencia, la medición de sus repercusiones sanitarias y económicas, y el planteamiento de soluciones específicas.
Además, este organismo recuerda que los ciudadanos pueden contribuir también utilizando los antibióticos únicamente cuando los haya prescrito un médico; completando el tratamiento prescrito, aunque ya se sientan mejor; no dándole sus antibióticos a otras personas ni utilizando los que les hayan sobrado de prescripciones anteriores.
Y a los profesionales sanitarios y a los farmacéuticos, les aconsejan mejorar la prevención y el control de las infecciones; prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean verdaderamente necesarios y para tratar la enfermedad en cuestión.
El informe, que también contiene información sobre la resistencia a fármacos para tratar otras infecciones, como el VIH/sida, el paludismo, la tuberculosis o la gripe, está basado en datos de 114 países y ofrece el panorama más general que se ha obtenido hasta la fecha acerca de la farmacorresistencia.