MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una sola píldora con dos medicamentos podría transformar el tratamiento de la presión arterial, de acuerdo con la Guía de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) publicada este sábado en la revista 'European Heart Journal'.
Las pautas de la ESC recomiendan tratar a la mayoría de los pacientes con dos medicamentos para reducir la presión arterial, no uno. La recomendación anterior era un tratamiento paso a paso, lo que significaba comenzar con un medicamento y luego agregar un segundo y un tercero si era necesario. "Esto provocabaque los médicos se mostraran reacios a cambiar la estrategia inicial a pesar de su falta de éxito. Al menos el 80 por ciento de los pacientes debería haber sido actualizado a dos medicamentos, pero la mayoría se mantuvo en un solo medicamento", apunta la Sociedad Europea de Cardiología.
Ahora se reconoce que una de las principales razones de las bajas tasas de control de la presión arterial es que los pacientes no toman sus píldoras. La falta de adherencia aumenta con el número de píldoras, por lo que la administración de los dos medicamentos (o tres si es necesario) "podría transformar las tasas de control de la presión arterial", establecen las pautas.
Bryan Williams, presidente del Grupo de Trabajo de Guías de la ESC, y profesor en la University College de Londres (Reino Unido) apunta que "la gran mayoría de los pacientes con presión arterial alta deben comenzar el tratamiento con dos medicamentos en una sola píldora". Estas píldoras ya están disponibles y pueden mejorar masivamente el éxito del tratamiento, con las correspondientes reducciones en accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y muertes tempranas", asegura.
Más de mil millones de personas tienen hipertensión en todo el mundo. Alrededor del 30-45 por ciento de los adultos se ven afectados, llegando a más del 60 por ciento de las personas mayores de 60 años de edad. La hipertensión arterial es la principal causa mundial de muerte prematura, y representó casi diez millones de muertes en 2015: de ellas, 4,9 millones se debieron a cardiopatía isquémica y 3,5 millones a causa de un accidente cerebrovascular.
PRESIÓN ARTERIAL ALTA
La presión arterial alta también es un importante factor de riesgo de insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, enfermedad arterial periférica y deterioro cognitivo. Sin embargo, por lo general no tiene síntomas, aunque se pueden dar dolores de cabeza, visión borrosa o doble, hemorragias nasales regulares, dificultad para respirar, dolor en el pecho, latidos cardiacos irregulares o sangre en la orina.
Los umbrales de tratamiento en las nuevas directrices de la Sociedad Europea de Cardiología son menos conservadores, con medicamentos recomendados para pacientes que anteriormente solo hubieran recibido asesoramiento sobre el estilo de vida. Estos son pacientes con hipertensión de grado I de riesgo bajo a moderado (140-159/90-99 mmHg), incluidos 65-80 años de edad, y aquellos con presión arterial normal alta (130-139/85-89 mmHg).
"Muchos millones más de personas, especialmente en los grupos de mayor edad, deberían recibir tratamiento para la presión arterial alta. Consulte a su médico si tiene entre 65 y 80 años y si su presión arterial es superior a 140/90 mmHg. La evidencia sugiere que el tratamiento reduciría su riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca", explica Williams.
Las directrices establecen que "el tratamiento nunca debe denegarse o retirarse en función de la edad". Cada vez se reconoce más que la fragilidad, la independencia y la edad biológica, más que cronológica, determinan la tolerabilidad y el posible beneficio de los medicamentos para reducir la presión arterial. Para las personas mayores de 80 años que aún no han recibido tratamiento de presión arterial, la terapia debe iniciarse si la presión arterial sistólica es de 160 mmHg o más. Las personas que ya toman medicamentos no deben retirarlos a los 80 años de edad si se tolera bien.
Los objetivos de presión arterial para pacientes de todas las edades son más bajos que en las pautas anteriores. Los objetivos de presión arterial sistólica son ahora de 120-129 mmHg para pacientes menores de 65 años y de 130-139 mmHg para pacientes mayores de 65 años, teniendo en cuenta la tolerabilidad, la independencia, la fragilidad y las comorbilidades del tratamiento. La presión arterial por debajo de 120 mmHg no debe ser el objetivo de ningún paciente, ya que el riesgo de daño supera los posibles beneficios, apunta la ESC.