MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cuidar la imagen física refuerza la identidad y trabaja autoestima, lo que se traduce en una mejora de la salud y la calidad de vida de las personas mayores, según ha asegurado el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto.
"Los cánones de belleza de la sociedad, muy ligados a la imagen de juventud, no ayudan a aceptar los cambios en la imagen producto de los años. Es fundamental no infravalorar la importancia de sentirse bien a todas las edades. Dedicar atención y tiempo al aspecto físico ayuda a verse mejor, a quererse más y a asumir mejor estos cambios", ha recalcado.
Además, el cuidado de la imagen comprende tanto elementos de estética como hábitos de salud e higiene personal como la higiene bucal, la hidratación de la piel, la ducha diaria o el cuidado del cabello, que afectan de manera directa a la imagen personal. Por la parte estética, el experto ha señalado que la manera de vestir, el peinado o, en el caso de las mujeres, el maquillaje, contribuyen a la imagen total e, incluso, pueden dar pistas para interpretar el estado de ánimo.
"Es importante no abandonarse, quererse y aceptarse a cualquier edad y asumir con naturalidad el paso de los años. El continuar con el cuidado rutinario de la imagen ayuda a esa aceptación, lo que evita caer en la desgana y por tanto redunda en una mejor salud psíquica", ha apostillado Curto.
Dicho esto, el experto ha explicado que en el ámbito residencial se trata de facilitar a los profesionales, familiares y usuarios las estrategias y herramientas adecuadas para mejorar la idea que se tiene de uno mismo y la valoración que se hace de esta. "Los recursos son amplios. Desde un simple consejo a la hora de vestir a programas de actividad física, un taller de maquillaje o servicios de peluquería", ha enfatizado.
AYUDAR A MANTENER LA AUTONOMÍA
Asimismo, en aquellas personas que precisan de la ayuda de otras para realizar las actividades de la vida diaria y, por tanto, para su cuidado, los responsables de su atención directa, tanto familiares como profesionales, asumen un papel clave. En este punto, el cuidado de la imagen se realiza desde la perspectiva de ayudar a mantener, en la medida de lo posible, la autonomía de la persona. Respetar la privacidad y establecer rutinas para los hábitos de higiene diaria o para vestirse son otras dos pautas que ayudarán en esta labor.
"Es importante no olvidar que la imagen es el primer reflejo físico de nuestra personalidad, por lo que es importante fomentar la autonomía de elección incluso en personas dependientes. Por ejemplo, la ropa es uno de los elementos que más influye en la imagen personal y expresa mucho acerca de la persona. Casi todos los pacientes con demencia tienen dificultades para vestirse; en este caso habría que incorporar a los necesarios criterios funcionales, criterios que también ayuden a estas personas a sentirse bien con su aspecto", ha zanjado Curto.