MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
Con más de 27.000 casos al año de cáncer de mama en España, cada 1 por ciento de mejora con un avance en el tratamiento del cáncer de mama hace que 250 mujeres menos recaigan de su enfermedad y puedan disfrutar de una mejor calidad de vida con reincorporación plena a su vida social y laboral, según ha asegurado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) con motivo de la celebración, el próximo 19 de octubre, del Día Internacional del Cáncer de Mama.
Actualmente, el tumor de mama es el segundo más diagnosticado en el mundo y el cuarto en España si se tienen en cuenta ambos sexos. Ahora bien, si se tiene en cuenta solo a la mujer, ocupa el primer puesto de los tumores más diagnosticados en España.
Ahora bien, mientras que principios de los años 80, las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama tenían unas posibilidades de estar libres de recaída a los 5 años tras el diagnóstico que se situaba en torno al 70 por ciento, en la actualidad la cifra se aproxima a casi un 90 por ciento.
Esto ha sido gracias a que en los años 70 se obtuvieron los primeros resultados de los estudios que demostraban el beneficio de la quimioterapia administrada tras la cirugía. También por aquella época se demostró el éxito del tamoxifeno como tratamiento hormonal para el cáncer avanzado de mama, que poco después se comenzó a emplear en estadios precoces de la enfermedad.
Asimismo, en la década de los 80, una nueva quimioterapia, las 'antraciclinas' mejoraba los resultados obtenidos con esquemas previos, y no fue hasta finales de los años 90 cuando los taxanos aumentaron aún más los beneficios de las antraciclinas.
Del mismo modo, a comienzos de los años 2000, más de 4.000 mujeres españolas participaron en varios ensayos clínicos del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) que demostró que añadir un taxano a la quimioterapia que hasta entonces se consideraba estándar conseguía que recayeran de la enfermedad un 6 por ciento menos de mujeres. Hoy en España los taxanos evitan más de 500 recaídas al año.
Sin embargo, SEOM ha asegurado que el hito "más significativo" en los últimos años es el conocimiento de la heterogeneidad del cáncer de mama, ya que es una enfermedad con subtipos biológicos diferentes que precisan tratamientos específicos.
"El descubrimiento de tipos de cáncer con diferentes perfiles biológicos permitió en la década pasada incorporar anticuerpos monoclonales como el trastuzumab al tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, hasta entonces de mal pronóstico por su mayor agresividad", ha recordado la asociación.
En este sentido, las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo ya no cuentan sólo con el trastuzumab, la asociación de un segundo anticuerpo (pertuzumab) al tratamiento ha mostrado incrementar notablemente la supervivencia en estadios avanzados. De hecho, se advierte una mejoría de 15 meses en su esperanza de vida, llegando casi a los 5 años de supervivencia en un grupo de pacientes metastásicas que hace unos 15 años tenía un muy mal pronóstico. También T-DM1 (un nuevo fármaco que combina de forma conjugada quimioterapia y trastuzumab) es altamente efectivo en pacientes que fracasan a tratamientos previos.
En las pacientes con enfermedad 'hormonosensible' también se han comunicado resultados de nuevos fármacos biológicos que, asociados a tratamientos clásicos como la hormonoterapia, mejoran los resultados de estos. Everolimus primero, y más recientemente palbociclib y ribociclib son los ejemplos "más relevantes" a juicio de SEOM.
"Además, en estas tres décadas otro hecho de gran relevancia ha sido el incremento de cirugías conservadoras y menor intervención sobre la axila, evitando complicaciones y mejorando la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama. Cada uno de estos pasos suponía una mejora de un 2 o 3 por ciento en la tasa de recaídas. Cada una de esas mujeres tiene nombre y apellidos. Y cada uno de esos avances ha conseguido aumentar la supervivencia en un 20 por ciento entre los años 70 y la actualidad", ha zanjado la sociedad científica.