MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las madres de niños con autismo fueron significativamente menos propensas a tomar suplementos de hierro antes y durante el embarazo que las de los niños que se desarrollan normalmente, según concluye un estudio realizado por investigadores del Instituto MIND ('Medical Investigation of Neurodevelopmental Disorders') de la Universidad de California (UC) Davis, en Sacramento, California.
El bajo consumo de hierro se asocia con cinco veces más de riesgo de autismo en el niño si la madre tenía 35 años o más en el momento del nacimiento del niño o si sufría de enfermedades metabólicas como hipertensión, obesidad o diabetes. Esta investigación, que se publica en la edición digital de 'American Journal of Epidemiology', es la primera en examinar la relación entre la ingesta de hierro materno y tener un hijo con trastorno del espectro autista (TEA), según sus autores.
"La asociación entre la ingesta de hierro materna más baja y un mayor riesgo de TEA fue más fuerte durante la lactancia, después de ajustar por la ingesta de ácido fólico", resalta Rebecca J. Schmidt, profesora asistente en el Departamento de Ciencias de Salud Pública e investigadora afiliada al Instituto MIND.
Los autores del estudio actual fueron los primeros en informar en 2011 sobre las asociaciones entre los suplementos de ácido fólico y un menor riesgo para el trastorno del espectro autista, un hallazgo más tarde replicado en investigaciones de mayor escala. "Además, el riesgo asociado a la ingesta de hierro materna baja fue mucho mayor cuando la madre era también mayor y tenía condiciones metabólicas durante su embarazo", añade esta experta.
El trabajo se realizó en parejas de madres e hijos inscritos en el estudio 'Northern California-based Childhood Autism Risks from Genetics and the Environment' (CHARGE) entre 2002 y 2009. Los participantes incluyían a madres de niños con autismo y 346 madres de menores con desarrollo típico.
Los investigadores examinaron la ingesta materna de hierro entre los participantes del estudio, incluyendo vitaminas, otros suplementos nutricionales y cereales en el desayuno durante los tres meses anteriores al final de los embarazos y la lactancia de las mujeres. Se analizó la ingesta diaria de hierro de las madres, incluyendo la frecuencia, las dosis y las marcas de suplementos que consumían.
"La deficiencia de hierro y su anemia resultante es la deficiencia nutricional más común, especialmente durante el embarazo, que afecta a entre el 40 y el 50 por ciento de las mujeres y sus bebés", destaca Schmidt. "El hierro es crucial para el desarrollo temprano del cerebro, contribuyendo a la producción de neurotransmisores, la mielinización y la función inmune. Estas tres vías se han asociado con el autismo", añade.
"La deficiencia de hierro es bastante común y aún más común entre las mujeres con condiciones metabólicas --detalla Schmidt--. Sin embargo, queremos ser cautos y esperar a que este estudio se replique. Mientras tanto, el mensaje que hay que enviar a las mujeres es que sigan las recomendaciones de su médico. Tomar vitaminas durante el embarazo y tomar la dosis diaria recomendada. Si hay efectos adversos, consultar a su médico acerca de cómo abordarlos".