MADRID, 9 Jul. (EDIZIONES) -
La preeclampsia se caacteriza, fundamentalmente, por la aparición de hipertensión en las embarazadas después de la semana 20 de gestación, así como de proteínas en la orina. En los casos más severos este trastorno puede producir graves consecuencias tanto para la madre como para el feto, siendo necesario en algunas ocasiones finalizar la gestación antes de término de manera urgente.
En una entrevista con Infosalus, la ginecóloga Vanesa Ocaña, del Hospital Universitario de Getafe, explica que como tal, a día de hoy, ésta no se puede prevenir. Eso sí, enumera los principales factores de riesgo a la hora de padecer esta enfermedad: obesidad, tener más de 35 años, hipertensión crónica, enfermedad renal o autoinmune, coagulopatía, que hayan tenido preeclampsia en embarazos anteriores, la raza negra en sí, y la multiparidad.
"Te da problemas de hipertensión que te pueden afectar al crecimiento del feto, o pueden producir un retraso en el crecimiento del feto, por ejemplo. A nivel de la madre, en casos de preeclampsia grave puede darse fracaso renal, convulsiones, o coagulopatía, pero sólo en casos extremos y en preeclampsias severas", explica la especialista.
No se trata de una enfermedad frecuente, su prevalencia ronda el 6% de media, según indica, y ésta finaliza con el fin de la propia gestación. De ahí que en algunos casos sea conveniente adelantar el parto.
En este sentido, desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) precisan que si una mujer en un primer embarazo no ha desarrollado preeclampsia tiene un bajo riesgo de padecerla en los siguientes.
Es más, sostiene que, aunque se trata de una situación leve en la mayor parte de los casos, pueden producirse síntomas de alerta y que toda mujer con la tensión arterial elevada debe consultar. Estos son: dolor de cabeza persistente y severo, alteraciones visuales (visión doble, luces, destellos o pérdida de visión), náuseas y vómitos, dolor en la parte alta del abdomen, sangrado vaginal, dolor en el útero, descenso o ausencia de los movimientos fetales.
Además, destaca que una forma grave de presentación es el llamado 'síndrome HELLP', por sus siglas en inglés, en el que se producen alteraciones metabólicas y hematológicas importantes que pueden llegar a causar problemas en la coagulación. Si se presentan convulsiones en la madre, el cuadro se denomina 'eclampsia', una situación grave, según la SEGO, que puede tener secuelas posteriores tanto para la madre como para el feto, y que precisa de una actuación médica urgente.
Así con todo, y con el objetivo de seleccionar de forma precoz a gestantes en riesgo de padecer la enfermedad, Ocaña señala que el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Getafe ha implantado desde el 1 de febrero un programa de cribado para todas las embarazadas durante el primer trimestre de gestación.
Éste se realiza en función de los antecedentes maternos, de la tensión arterial de la gestante, de los valores analíticos y de los parámetros ecográficos recogidos en la consulta del obstetra. "El análisis de todos estos datos permite detectar aquellas pacientes con riesgo de presentar preeclampsia para poder así adoptar las medidas adecuadas que ayuden a disminuir su aparición", indica Ocaña.
Una vez realizado el cribado, la ginecóloga explica que para disminuir la aparición de preeclampsia se suele recetar vitamina D y aspirina (100mg al día) porque se ha demostrado que pueden favorecer el control tensional y ecográfico, entre otros puntos.