MADRID, 13 Jun. (INFOSALUS) -
Cocinar en familia ayuda a promover una serie de valores en los pequeños y, además, les facilita poner en práctica los conocimientos que los hijos han aprendido en la escuela, según ha informado el antropólogo de la UOC, Francesc Xavier Medina.
Por ello, el también profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC ha comentado cinco ventajas de cocinar padres e hijos juntos:
1. Clave en la educación alimentaria de los hijos. Cocinar enseña a los hijos lo que tienen que saber sobre los alimentos, la cocina, qué comer y cómo prepararlo. Garantiza la transmisión de los conocimientos culinarios y hace que los pequeños aprendan sobre qué comer, las técnicas de preparación y cómo se comen esos alimentos.
2. Favorece la relación entre padres e hijos. La cocina es un espacio privilegiado para hacer actividades con los niños. Es un ámbito que les permite el descubrimiento de cosas nuevas, la diversión y el aprendizaje de cosas muy útiles en un entorno controlado y en el que se favorece la relación con los padres, a cualquier edad.
3. La cocina, un lugar de aprendizaje en varias materias. Entrar en la cocina enseña a los hijos cosas que van mucho más allá de la nutrición o la gastronomía como, por ejemplo, el origen de los productos, la cocción de los alimentos, su preparación o su transformación. Tienen mucho que ver con el desarrollo del lenguaje, los colores, las formas, entre otras cosas. También con la física, la química, la historia.
4. Espacio de creatividad. Preparar los alimentos despierta la creatividad de las personas. Amasar, jugar haciendo cremas o chocolates, pasteles, ensaladas de frutas o creando nuevos sabores promueve la creatividad a través de los sentidos, y la cocina los reúne todos en un pequeño espacio. Eso sí: al acabar es posible que no se reconozca la propia cocina por el desorden, pero hay que decir que una de estas sesiones también prepara a los padres para tener buenas dosis de paciencia.
5. Aprendizaje de valores importantes. Los niños en la cocina aprenden valores importantes: organizarse y organizar el espacio, calcular cantidades (e incluso hacer cuentas), ser ordenados y limpiar, hacerse cargo de las responsabilidades domésticas de manera compartida, niños y niñas, pares y madres.