MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Anglia Ruskin University, en Reino Unido, aseguran que el consumo habitual de comida basura puede provocar un incremento de los niveles de azúcar en sangre y un daño renal similares a los causados por la diabetes tipo 2, según datos publicados en la revista 'Experimental Physiology'.
La diabetes tipo 2 se asocia a menudo con la obesidad y se produce cuando el organismo no es capaz de producir suficiente insulina, lo que conlleva una acumulación de azúcar en sangre y puede tener graves consecuencias a largo plazo para muchos órganos como los riñones, ya que puede derivar en una nefropatía diabética.
Esto hace que se piense en estrategias para bloquear la reabsorción de glucosa en los riñones de cara a conseguir un potencial tratamiento que permita reducir los niveles de azúcar en la sangre.
En su estudio, los investigadores utilizaron modelos animales con diabetes 1 y 2 y modelos con obesidad vinculada a la dieta y con resistencia a la insulina para ver cómo este factor y el exceso de azúcar o grasa afecta al transporte de glucosa hacia el riñón.
Las ratas fueron alimentadas con una dieta de comida basura basada en queso, chocolate, galletas y malvaviscos durante 8 semanas, o bien una dieta con alto contenido en grasa (de al menos el 60% de toda la dieta) durante 5 semanas.
Los investigadores probaron el efecto de ambas pautas alimenticias sobre los niveles de azúcar en sangre y diferentes transportadores de glucosa hasta los riñones, y se comparó con los efectos observados en los ratones con diabetes.
De este modo, vieron que algunos transportadores (GLUT y SGLT) así como sus proteínas reguladoras estaban presentes en un mayor número en los ratones diabéticos. Sin embargo, tanto una dieta rica en grasa y como la basada en comida basura causaron un aumento similar en estos receptores.
El profesor Havovi Chichger, autor principal del estudio, reconoce que este hallazgo muestra un "vínculo bien establecido" entre estos alimentos y el reciente aumento de prevalencia de la diabetes y de la obesidad, y muestra como en ambos casos "provocan cambios en el transporte de la glucosa al riñón".
No obstante, también apunta a que se podrían desarrollar nuevos tratamientos basados en el bloqueo de estos transportadores para reducir los niveles de glucosa en sangre.
"Saber cómo la dieta puede afectar al manejo del azúcar en los riñones y si los inhibidores pueden revertir estos cambios podría ayudar a proteger los riñones de un mayor daño", ha reconocido.