MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una baya silvestre nativa de América del Norte podría aumentar la eficacia de un fármaco de quimioterapia de uso común para tratar el cáncer de páncreas, según revela una investigación publicada en la revista 'Journal of Clinical Pathology'.
El estudio, realizado por investigadores del 'King's College Hospital' y de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, sugiere que la adición de nutracéuticos a los ciclos de quimioterapia puede mejorar la eficacia de los fármacos convencionales, particularmente en los cánceres duros de tratar, como el de páncreas.
El equipo probó la efectividad del extracto de bayas 'chokeberry' ('Aronia melanocarpa') en matar las células cancerosas, probablemente mediante la apoptosis (muerte celular programada) conforme los marcadores de apoptosis temprana aparecen en las células tratadas.
'Chokeberry' es una baya silvestre que crece en la parte oriental de América del Norte en los humedales y zonas pantanosas y que es alta en vitaminas y antioxidantes, incluyendo diversos polifenoles, compuestos que se cree que limpian los subproductos nocivos de la actividad normal de las células.
Los investigadores de este estudio decidieron estudiar el impacto del extracto sobre el cáncer de páncreas, debido a su pronóstico persistentemente negativo: menos del 5 por ciento de los pacientes están vivos cinco años después de su diagnóstico.
Los autores usaron una línea bien conocida de células de cáncer pancreático (ASPC-1) en el laboratorio y evaluaron cómo crecieron durante el tratamiento el medicamento de quimioterapia gemcitabina o diferentes niveles de extracto de 'chokeberry' disponibles comercialmente solo, además de un tratamiento de una combinación de gemcitabina y extracto de esta baya silvestre.
El análisis indicó que 48 horas de tratamiento con extracto de 'chokeberry' de las células de cáncer pancreático indujo la muerte celular en 1 ug/ml. Se analizó la toxicidad del extracto de 'chokeberry' en las células de revestimiento de los vasos sanguíneos normales y se determinó que no tendrá efectos hasta los niveles más altos utilizados (50 ug/ml), lo que sugiere que el efecto de la muerte celular sucede de manera que no es a través de la prevención de la formación de nuevos vasos sanguíneos (anti-angiogénesis), un proceso que es importante en el crecimiento de células cancerígenas.
"Estos resultados son muy emocionantes. Bajas dosis del extracto impulsaron en gran medida la eficacia de la gemcitabina, cuando se combinaron los dos. Además, se encontró que fueron necesarias dosis más bajas del fármaco convencional, lo que sugiere que o bien trabajan juntos de forma sinérgica o que el extracto ejerce un efecto 'supraaditivo'. Esto podría cambiar la forma en la que tratar con fuerza los cánceres en el futuro", sugiere Bashir Lwaleed, de la Universidad de Southampton.