MADRID, 10 Jun. (EDIZIONES) -
Por una razón o por otra, cada vez se sigue menos la dieta mediterránea. A pesar de que tenemos más información sobre los alimentos, sobre cómo conservarlos, cómo manipularlos y cómo cocinarlos, no comemos mejor que generaciones anteriores. Además, tener a nuestro alcance tanta información a menudo puede confundirnos y plantearnos dudas.
En los últimos tiempos, también la manera de cocinar ha cambiado mucho y para algunas personas se trata de un hobby mientras que para otras es una obligación. "Mientras, para otros comer sano no es una prioridad y prefieren consumir alimentos precocinados o comer fuera de casa, aunque sólo sea para no tener que limpiar la cocina. No hay que olvidar que seguir una dieta sana y equilibrada es la primera medicina preventiva para tener un buen estado de salud", denuncia en una entrevista con Infosalus la experta en gastronomía y nutrición Assumpta Miralpeix, con motivo de la publicación de 'Cocina Eco. Comer bien. Gastar menos. Aprovechar más' (Grijalbo).
Por ello, esta experta enumera los que, a su juicio, son los principales errores y mitos de nuestra alimentación actual:
1.- Actualmente en la dieta de los países industrializados o desarrollados se ha aumentado el consumo de proteínas de procedencia animal en deterioro de los hidratos de carbono, justificando este cambio en el hecho de que la función de los hidratos de carbono es dar energía, lo cual significa que engordan. Si bien es cierto que su función principal es darnos energía, los hidratos de carbono no contienen en su composición grasas de procedencia animal, que son las que más se deben controlar.
"En general se come bastante alimento de procedencia animal en detrimento a los de procedencia vegetal. Se tiene una proteína muy interesante pero siempre generalmente acompañada de grasas que, mayoritariamente, son saturadas, con lo cual aquí está el problema y por eso en estos momentos hay más problemas cardiovasculares. Sí que se deben comer pero en pocas proporciones. Lamentablemente, por ejemplo se dejan de comer garbanzos al pensar que estos engordan, cuando debe haber un equilibrio en la alimentación", sostiene la experta.
2.- Otro error nutricional es relacionar que lo más caro es lo mejor, la calidad del alimento con el precio del mismo. "Es bueno comer carne, pero también es necesario comer verduras y frutas, y muchas veces cuesta aceptar este hecho por la sencilla razón de que el coste de la carne es más elevado que el de las verduras y las frutas. O bien, es muy bueno el rape, pero también es muy saludable la sardina, aunque el precio del uno y la otra no tengan nada que ver", subraya.
3.- También se podría hablar de la carne de cerdo, que durante mucho tiempo ha sido una carne que se ha menospreciado porque era más económica que la de ternera y porque se consideraba que era muy grasienta. No obstante, subraya que se ha comprobado que la carne de cerdo es "muy interesante", sobre todo si el cerdo es ibérico, ya que lleva más grasa pero poliinsaturada, cuya función es elevar el llamado 'colesterol bueno o hdl'.
4.- Para tener una alimentación equilibrada es imprescindible saber combinar los alimentos procurando comer de todo y variado, pero sin exceso de ningún alimento. De esta manera se está haciendo una medicina preventiva para futuras enfermedades del sistema metabólico.
5.- Según defiende la autora, otro error alimentario es no comer la miga de pan porque se piense que engorda, y sólo comer la parte externa porque al estar más tostada engorda menos. "O por ejemplo, también es un error el pensar que ingerir un biscote engorda menos que una rebanada de pan. Una rebanada de pan, si éste es tierno, lleva un porcentaje aún elevado de agua, por lo que engorda menos que el biscote, que como se ha deshidratado engorda más. Igual sucede con la corteza del pan, que está deshidratada y cuanto más crujiente menos porcentaje de agua lleva y por tanto engorda más.
6.- No comer pan porque engorda y sí pasta. "También se puede decir que habrá personas que no comen pan aunque le encanta la pasta, pero es igual, porque el pan es un derivado de un cereal, igual que la pasta, y según con qué se acompañe pueden engordar lo mismo", añade Miralpeix.
7.- Respecto a los huevos dice que no están bien considerados porque se les consideraba los responsables de un aumento del colesterol, y de engordar. "Son los grandes compañeros de la cocina porque cuando no tienes nada siempre tienes un par de huevos para hacer una tortilla. A nivel saludable son muy interesantes y si es que alguien por prescripción médica debe controlar la yema de huevo, saber que la clara es muy rica en proteína y no lleva grasas. Con lo cual como mínimo dos a la semana", precisa.
8.- Cuando se dice que un queso es bajo en grasa se debería mirar el porcentaje de grasa que lleva porque hay quesos desnatados que pueden llevar un 35% de grasa, y la gente los compra cuando se trata de un porcentaje elevado, y cuando hay otros que prácticamente no llevan grasa. Pueden llegar a tener entre un 25 y un 30% de grasa en su composición y así lo regula la UE. No obstante, lo más normal en su opinión es que la cantidad sea de entre un 8 y un 15%.
9.- No es cierto que, si se fríe un alimento con poco aceite, se engorde menos. Cuanto más aceite se use, la cocción será más rápida, por lo tanto, el alimento absorberá menos aceite y será menos energético.
10.- En cuanto a las frutas y verduras. Lo importante es que las que se comen crudas estén limpias, por prevención higiénica. Para asegurarlo aconseja que al lavarlas se dejen 5 minutos con unas gotitas de lejía y agua abundante, y pasados estos 5 minutos aclararlas bien. Si se habla de las verduras cocidas, si se cuecen en el sistema tradicional que puede ser una ebullición recomienda no cortar la verdura, y en caso de hacerlo, lo mínimo posible.
11.- Las vitaminas que se pierden en la cocción en una verdura no van al agua. Lo que va al agua son parte de sus sales minerales. Las vitaminas cuando se cuecen, cuando hierven durante bastante tiempo se destruyen, no pasan al agua. Con lo cual lo importante es cocer la verdura. Al vapor a su juicio es la mejor opción y, si no con poca agua, y una vez cocida escurrirla rápidamente, nada de agua con hielo.