MADRID 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación del Hospital Infantil Benioff (CHORI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de California San Francisco (UCSF), en Estados Unidos, muestra que una modesta ingesta de 4 miligramos de zinc extra al día en la dieta puede tener un impacto profundo y positivo en la salud celular al ayudar a combatir infecciones y enfermedades.
Esta cantidad de zinc es equivalente a lo que los cultivos biofortificados como el arroz de zinc y el trigo de zinc pueden añadir a la dieta de las poblaciones vulnerables deficientes en nutrientes. El estudio, publicado en el 'American Journal of Clinical Nutrition', fue dirigido por la investigadora de CHORI Janet King, quien junto a su equipo demostró que un modesto aumento en el zinc dietético reduce el estrés oxidativo y el daño al ADN.
"Nos sorprendió gratamente ver que sólo un pequeño aumento de zinc en la dieta puede tener un impacto tan importante en cómo se produce el metabolismo en todo el cuerpo", afirma King. "Estos resultados presentan una nueva estrategia para medir el impacto del zinc en la salud y refuerzan la evidencia de que las intervenciones basadas en los alimentos pueden mejorar las deficiencias de micronutrientes en todo el mundo", añade.
EL ZINC AYUDA AL CRECIMIENTO ÓPTIMO Y TENER UN SISTEMA INMUNE SANO
El zinc está omnipresente en el cuerpo humano y facilita muchas funciones que son esenciales para preservar la vida, con un papel vital en mantener el crecimiento óptimo durante la infancia y para asegurar un sistema inmune sano. El zinc también ayuda a limitar la inflamación y el estrés oxidativo en nuestro cuerpo, que están asociados con la aparición de enfermedades cardiovasculares y cánceres crónicos.
En gran parte del mundo, muchos hogares comen arroz blanco pulido o harinas de trigo o maíz altamente refinadas, que proporcionan energía pero no aportan suficientes micronutrientes esenciales como el zinc. El zinc es una parte esencial de casi 3.000 proteínas diferentes e impacta en cómo estas proteínas regulan cada célula en el cuerpo, por lo que sin el suficiente zinc, la capacidad para reparar el desgaste diario del ADN queda comprometida.
En este estudio aleatorizado y controlado de seis semanas de duración, los científicos midieron el impacto del zinc en el metabolismo humano contando las rupturas de la cadena de ADN. Utilizaron el parámetro del daño del ADN para examinar la influencia de una cantidad moderada de zinc en la vida sana, un enfoque novedoso y diferente del método comúnmente empleado de evaluar en zinc en la sangre o de usar el retraso de crecimiento y la morbilidad para evaluar el estado del zinc.
Según King, estos resultados son relevantes para la planificación y evaluación de soluciones basadas en los alimentos para mitigar el impacto oculto del hambre y la desnutrición. King cree que la biofortificación puede ser una solución sostenible a largo plazo para la deficiencia de zinc.
