MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los hábitos de alimentación de las mujeres son más adecuados que los de los hombres, según se desprende de un nuevo trabajo científico centrado en el análisis de la asociación que la frecuencia de las diferentes comidas, su duración, así como los patrones de consumo de alimentos e ingesta de energía pueden tener con la obesidad abdominal.
El estudio, que ha sido publicado en la revista científica 'Public Health Nutrition' y está coordinado por la Fundación Española de Nutrición (FEN), trata de identificar las mejores estrategias de alimentación con el fin de contribuir a reducir la prevalencia de obesidad.
"Según los resultados, los hábitos de alimentación de las mujeres eran más adecuados que los de los hombres, ya que realizaban un mayor número de ingestas al día, se saltaban menos comidas y las dedicaban un mayor tiempo. Por su parte, los hombres realizaban una mayor ingesta de energía después de las 14.00 horas y durante las cenas", apunta la doctora Rosa Mª Ortega, directora del Grupo de Investigación VALORNUT y Catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.
Además de esto, según se desprende de este análisis enmarcado dentro del estudio científico ANIBES, "los hombres consumían más huevos o carne, mientras que en las mujeres era más alto el consumo de pescado, fruta, cereales integrales y lácteos".
Por otro lado, según el estudio, algo más de la mitad de las mujeres (54,4%) realizaban más de cuatro comidas al día, mientras que esta cifra se reducía al 38,8% en hombres, que se saltaban con mayor frecuencia el desayuno, la comida de media mañana o la merienda.
NÚMERO DE INGESTAS Y VARIEDAD
El estudio muestra que os individuos con obesidad abdominal se saltaban con mayor frecuencia la merienda y dedicaban menos tiempo a la media mañana y más a la comida que aquellos sin obesidad abdominal.
En la línea de estos resultados, "varios estudios recientes han sugerido que algunas características de la conducta alimentaria, como saltarse el desayuno, comer más de la ingesta total de energía del día durante la tarde, comer fuera de casa con frecuencia y realizar un menor número de comidas diarias, así como el picoteo entre horas, están asociados con un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad", comenta la investigadora principal de este estudio.
En lo que se refiere a la distribución de la energía ingerida en cada una de las comidas a lo largo del día, "los desayunos y comidas que contenían más del 25% y el 35% de la ingesta total de energía respectivamente se asociaron con una mayor probabilidad de padecer obesidad abdominal", subraya Ortega.
Por el contrario, las comidas de media mañana y las meriendas, cuya ingesta suponía más del 15% de la energía total, se asociaron con una disminución de la probabilidad de presentar obesidad abdominal, por lo que la importancia de estas dos ingestas es notable".
En lo que se refiere a la variedad de la alimentación, ésta fue mayor en la población sin obesidad abdominal, grupo en el que se consumían más cereales, cereales integrales y productos lácteos.
Teniendo en cuenta los datos, “las futuras estrategias de alimentación enfocadas en reducir la prevalencia de la obesidad abdominal deberían aconsejar la realización de al menos cuatro comidas al día donde el desayuno suponga menos del 25% de la ingesta total de energía".
Asimismo, la experta recomienda que "se introduzcan comidas a media mañana y a media tarde que supongan más del 15% de la ingesta total de energía y se intente que la comida se lleve a cabo en un horario apropiado y no exceda del 35% de la ingesta energética total”.