Los neumólogos recomiendan incluir este trastorno entre las enfermedades a tener en cuenta para la obtención del permiso de conducir
MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un 20 por ciento de los conductores europeos que tienen sueño al volante presenta riesgo de padecer síndrome de apnea del sueño, según ha mostrado un estudio realizado por la Sociedad Europea de Sueño en el que han participado 12.000 personas de 19 países europeos.
De hecho, en dos tercios de los países participantes en la investigación, más del 15 por ciento de conductores se duerme al volante, de los cuales el 7 por ciento ya ha sufrido un accidente por quedarse dormido.
Los principales determinantes de quedarse dormido conduciendo son, según ha desvelado el trabajo, ser hombre, exponerse muchas horas ante el volante, tener somnolencia diurna y presentar un alto riesgo de sufrir apnea obstructiva del sueño (SAHS, por sus siglas en inglés).
En concreto, los países con mayor riesgo de síndrome de apnea en su población masculina son Alemania con 39 por ciento, Suecia con 36,8 por ciento y Polonia; mientras que los de menor riesgo son Croacia con 7,2 por ciento y Turquía con 7,2 por ciento. La media Europea es de 20,2 por ciento España se sitúa por debajo de la media con el 14,5 por ciento.
Por otra parte, el documento ha plasmado una serie de recomendaciones, las cuales se harán públicas el 24 de junio, entre las que destacan la necesidad de desarrollar estrategias de cribado entre la población para detectar las personas con riesgo de padecer apnea del sueño.
Para ello, se ha desarrollado un cuestionario que deberían responder todas las personas que obtienen por primera vez o renuevan su permiso de conducción y que busca identificar la probabilidad de sufrir Síndrome de Apnea del Sueño.
LOS PACIENTES DEBEN SER TRATADOS EN UNIDADES ESPECIALIZADAS DE SUEÑO
Asimismo, establece que todos los pacientes con apnea deben ser controlados y seguidos por Unidades Especializadas de Sueño. "Estas unidades deben certificar que los pacientes tienen la sintomatología controlada y buena adherencia al tratamiento, pero serán las autoridades de tráfico las últimas responsables en otorgar o no el permiso de conducción", explica el neumólogo y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Joaquín Terán.
Ahora bien, las recomendaciones también distinguen entre dos grupos de conductores con controles diferentes. El primer grupo comprende los conductores de motocicletas y coches (categoría A y B) para los que se aconseja una revisión cada dos años.
El segundo grupo incluye los conductores profesionales de vehículos comerciales, es decir, los conductores de camiones y autobuses (categorías C y D), pero también puede incluir, en función de la legislación nacional, los conductores de vehículos de la categoría B que utilicen sus vehículos con fines profesionales, como taxis y ambulancias. Este grupo se les recomienda un examen anual.
El último eje de actuación que ha señalado el trabajo destaca la importancia de la información y la educación entre los conductores con síndrome de apnea del sueño, y al resto de los trabajadores y personal implicado como por ejemplo empresas de transportes o incluso policía de tráfico.
"Es de vital importancia que los pacientes reciban información verbal y escrita sobre su situación y el control de la enfermedad. La información debe estar centrada en las características y riesgos de la apnea del sueño y la asociación entre SAHS con los accidentes de vehículos de motor, así como las recomendaciones para conducir con la apnea", ha zanjado el experto.
El próximo 24 de junio se darán a conocer las recomendaciones elaboradas por el Grupo de Trabajo de la Apnea Obstructiva del Sueño de la Comisión Europea que lidera el neumólogo Walter McNicholas, cuyo objetivo es introducir el SAHS entre las enfermedades a tener en cuenta para la concesión del carnet de conducir.
Una vez aprobado y publicado el documento que lleva por título 'New Standards and Guidelines for drivers with Sleep Apnea Syndrome', será responsabilidad de cada Estado miembro introducir estas normas y recomendaciones en su propia reglamentación.