Foto: EUROPA PRESS
MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La artrosis se triplica con la llegada de la menopausia en mujeres de más de 45 años, a consecuencia de la disminución de los niveles de estrógenos, que se produce por este proceso durante la sesión sobre 'Salud osteoarticular y mujer' enmarcada en el 9º Curso Diatros de Salud de la Mujer en Barcelona.
"Los ginecólogos que estamos dedicados de forma especial a la menopausia, tenemos la posibilidad de abordar la artrosis en sus inicios y mejorar la calidad de vida de nuestras pacientes", ha explicado la coordinadora nacional del Grupo de Dolor y Artrosis de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la doctora Elena Ruiz.
Y es que el 80 por ciento de las mujeres menopáusicas sufre dolor articular de origen artrósico, de las que el 50 por ciento lo define como insoportable o importante. "Cuando se visita a pacientes llegadas a la edad de la menopausia es muy probable que, al preguntar por su estado de salud, digan que es bueno pero que tienen molestias o dolores en las articulaciones", ha dicho.
En relación a las causas, el doctor Francesc Baró, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, ha asegurado que los estrógenos parecen jugar un importante papel condroprotector en la articulación ya que regulan procesos celulares beneficiosos en el tejido articular.
También se ha demostrado la presencia de receptores de esta hormona en el cartílago, el hueso, la membrana sinovial, los ligamentos y el músculo. "La disminución de los niveles de estrógenos, que se produce con la llegada de la menopausia, provoca lesiones degenerativas en el cartílago y el hueso subcondral, favoreciendo así la aparición de la artrosis en la mujer", ha explicado Baró.
La artrosis es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a toda la articulación. A parte del dolor, otros síntomas son la limitación de la movilidad, inflamación, crujidos en la articulación afectada y rigidez.
"Podemos recomendar, por ejemplo, vigilar el peso, evitar los tacones altos, realizar ejercicio moderado y, si es necesario, ayudarse de un bastón. Pero si eso no es suficiente, también podemos recomendar el tratamiento con fármacos condroprotectores, como el condroitín sulfato y el sulfato de glucosamina, para mejorar la función articular y aliviar el dolor, pudiendo retrasar la progresión de la enfermedad", ha señalado.