MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Neurocientíficos que dirigen un gran estudio longitudinal de imágenes del cerebro de los adolescentes han descubierto que es posible predecir el consumo compulsivo de alcohol adolescente. De hecho, estos expertos explican en un artículo que se publica este jueves en la edición digital de 'Nature' una serie de factores, como la genética, la función cerebral y unas 40 variables diferentes, que pueden ayudar a predecir con un 70 por ciento de exactitud qué adolescentes se convertirán en bebedores compulsivos.
El primer autor del trabajo, Robert Whelan, exbecario postdoctoral en Psiquiatría de la Universidad de Vermont (UVM), en Estados Unidos, y actual profesor del 'University College' de Dublín, en Reino Unido, y el autor Hugh Garavan, profesor asociado de Psiquiatría de la UVM, y sus colegas realizaron diez horas de evaluaciones integrales con neuroimagen para evaluar la actividad cerebral y la estructura del cerebro, junto con otras medidas, como el coeficiente intelectual, la ejecución de tareas cognitivas, de personalidad y análisis de sangre en 2.400 jóvenes de 14 años en ocho lugares diferentes en toda Europa.
"Nuestro objetivo era desarrollar un modelo para comprender mejor el papel relativo de la estructura y la función del cerebro, la personalidad, las influencias ambientales y la genética en el desarrollo en los adolescentes de un comportamiento de abuso de alcohol", explica Whelan. "Este perfil de riesgo multidimensional de los genes, la función cerebral y las influencias ambientales puede ayudar a predecir el consumo excesivo de alcohol a la edad de 16 años", subraya.
Un artículo publicado en 2012 en 'Nature Neuroscience' por los mismos investigadores apuntaba a redes cerebrales que predisponen a algunos adolescentes a comportamientos de alto riesgo, como experimentar con las drogas y el alcohol. Este nuevo estudio desarrolla ese trabajo anterior, siguiendo a esos chicos durante años (los participantes tienen ahora 19 años) e identificando a los que desarrollaron un patrón de consumo compulsivo de alcohol.
El nuevo análisis tuvo como objetivo predecir quiénes iban a beber a los 16 años utilizando sólo los datos recogidos a los 14 años. Los científicos aplicaron una amplia gama de medidas, desarrollando un método analítico único para predecir qué personas se convertirían en grandes bebedores, y confirmaron la fiabilidad de los resultados al mostrar la misma precisión cuando se probó en un grupo nuevo de adolescentes.
El resultado fue una lista de predictores que van desde el cerebro y la genética a factores de la personalidad y de la historia personal. "Cabe destacar que no es que haya una sola o dos o tres variables que sean fundamentales --dice Garavan.--. El modelo final fue muy amplio, lo que sugiere que una rica mezcla de razones subyacen al consumo de alcohol en la adolescencia".
Algunos de los mejores predictores, destaca este experto, incluyen variables como la personalidad, la búsqueda de sensaciones, la falta de conciencia y una historia familiar de consumo de drogas. Tomar tan solo una sola bebida a los 14 años, también fue un poderoso predictor. Ese tipo de conductas de riesgo y el comportamiento impulsivo que a menudo las acompaña fueron importantes predictores, además de que aquellos adolescentes que habían sufrido varios eventos estresantes en su vida estaban entre los de mayor riesgo de consumo masivo.
Un hallazgo interesante, según Garavan, fue que tener un cerebro más grande también fue un elemento de predicción. Los adolescentes sufren cambios cerebrales importantes, por lo que además de la formación de la personalidad y las redes sociales, en realidad es normal que su cerebro se reduzca a un tamaño más eficiente.
"Hay una refinación y un rediseño del cerebro y la mayoría de la materia gris, las neuronas y sus conexiones, de forma que son cada vez más pequeños mientras que la sustancia blanca es cada vez mayor -explica--. Los niños con cerebros más inmaduros, aquellos que todavía son más grandes, son más propensos a beber".
Garavan, Whelan y sus colegas creen que una mejor comprensión de los probables factores causales del consumo compulsivo de alcohol podría utilizarse para dirigir intervenciones para las personas con mayor riesgo. En el futuro, los investigadores esperan analizar más en profundidad los factores del cerebro implicados y determinar si hay o no diferentes predictores de abuso de otras drogas.