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MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de accidente cerebrovascular puede ser mucho mayor en las personas con insomnio en comparación con aquellas que no tienen problemas para dormir, según concluye un nuevo estudio que se publica en 'Stroke: Journal of the American Heart Association'. Además, la diabetes también parece elevar el riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes con insomnio.
El riesgo de ictus parece ser mucho mayor cuando el insomnio se sufre siendo un adulto joven en comparación con aquellas personas que son mayores, alertan los investigadores de este trabajo, quienes revisaron registros de salud seleccionados al azar de más de 21.000 personas con insomnio y 64.000 que no padecen insomnio en Taiwán.
El insomnio planteó la posibilidad de una hospitalización posterior por accidente cerebrovascular en un 54 por ciento de los participantes en cuatro años. La incidencia de accidente cerebrovascular fue ocho veces mayor entre las personas diagnosticadas con insomnio en la población de estudio de 18 a 34 años de edad, de forma que más allá de los 35 años, el riesgo disminuye continuamente.
"Las personas con insomnio crónico, en particular las personas más jóvenes, deben ver a su médico para que evalúe los factores de riesgo del accidente cerebrovascular y, cuando sea necesario, los trate adecuadamente", afirma el autor del estudio, Ya-Wen Hsu, profesor asistente del Colegio de Farmacia y Ciencias Chia Nana y el Departamento de Investigación Médica del Centro Médico Chi-Mei en Taiwán.
"Nuestros resultados también ponen de relieve la importancia clínica de la detección del insomnio a edades más tempranas. Tratar el insomnio es muy importante, bien mediante medicación o a través de terapia cognitiva", resalta Hsu, quien añade que este estudio es el primero en intentar cuantificar el riesgo en un grupo de población grande y evaluar si el riesgo de accidente cerebrovascular varía según los subtipos de insomnio.
Los investigadores dividieron a los participantes, ninguno de ellos con diagnóstico de accidente cerebrovascular o apnea del sueño, en diferentes tipos de insomnio. Durante los cuatro años de seguimiento, los pacientes que padecían insomnio persistente presentaron una mayor incidencia acumulada de tres años de accidentes cerebrovasculares en comparación con los participantes en el grupo de remisión.
El mecanismo que relaciona el insomnio a un accidente cerebrovascular no se entiende completamente, pero la evidencia muestra que el insomnio puede alterar la salud cardiovascular a través de la inflamación sistemática, la intolerancia a la glucosa, el aumento de la presión arterial o la hiperactividad simpática. Algunos factores de comportamiento, como la actividad física, la dieta, el consumo de alcohol y el tabaquismo, y factores psicológicos como el estrés pueden afectar a esta asociación.
Los investigadores señalan que no está claro si los hallazgos se aplican también a las personas de otros países, pero los estudios en otras naciones también han detectado una relación entre el insomnio y los accidentes cerebrovasculares. "Las personas no deben limitarse a aceptar el insomnio como una condición benigna, aunque difícil, que soportar sin mayores riesgos para la salud. Deben buscar evaluación médica de otros posibles factores de riesgo que pueden contribuir a un accidente cerebrovascular", aconseja Hsu.