MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
La apnea del sueño afecta a más del 25 por ciento de la población adulta y al 6 por ciento de los niños, según advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que alerta de que en 2026 será la enfermedad respiratoria con mayor incidencia.
Se estima que, en los próximos diez años, el diagnóstico de personas con apnea de sueño crecerá en España un 4,2 por ciento, una cifra levemente más baja al crecimiento experimentado en los últimos 10 años, que fue del 4,6 por ciento.
No obstante, coordinador del Área de Sueño de SEPAR, el doctor Carlos Egea, avisa de que actualmente existe "un elevado infradiagnóstico". Aunque, el Libro Blanco de la neumología en España
apunta, en este sentido, a que "el conocimiento de la población en general y de los profesionales cada día es mayor, obligando a los expertos y a los médicos de Atención Primaria a estar atentos a la presencia de factores de riesgo y llevar a cabo estrategias para detectar esta patología", explica.
Lo cierto es que cada vez se observa un mayor número creciente de visitas en los servicios de neumología relacionados con la apnea de sueño se deben a una mayor sensibilidad hacia esta patología por parte de otras especialidades médicas y muy concretamente de Atención Primaria, pero también por una mayor demanda de los pacientes que poco a poco conocen mejor esta enfermedad y requieren un mejor diagnóstico y posterior tratamiento.
La sociedad ha mostrado su apoyo al Día Mundial del Sueño, que se celebra este viernes 18 de marzo, bajo el lema 'Dormir bien es un sueño alcanzable' en todo el mundo al amparo de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), y que tiene como objetivo concienciar sobre los trastornos del sueño y resaltar la importancia que tiene en para las personas el dormir bien.
¿QUÉ ES LA APNEA DEL SUEÑO?
La apnea de sueño o SAHS es un trastorno respiratorio que tiene lugar durante el sueño, caracterizado por la repetida obstrucción de las vías respiratorias. Esta obstrucción provoca paradas respiratorias que pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos e impiden que el sueño ejerza su función reparadora.
La causa de la apnea de sueño está en la alteración de la vía aérea, especialmente la faringe/laringe, que se estrecha e impide el paso del aire produciendo el cierre de la vía respiratoria, y se produce por la debilidad o excesiva relajación de la musculatura, por alteraciones anatómicas, factores hereditarios u otras causas desconocidas.
"Al cabo de un tiempo más o menos largo, la respiración recupera la normalidad con un ronquido fuerte o con un sonido gutural que puede incluso despertar a persona afectada impidiendo un sueño continuado", ha explicado el doctor Egea.
Las consecuencias de la apnea del sueño pueden dividirse en los efectos físicos derivados de la hipoxia, es decir, de la bajada de los niveles de oxígeno en sangre y en otros órganos debidos a las paradas respiratorias, y que diferentes estudio relacionan con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la trombosis cerebral, la angina de pecho o el infarto de miocardio y más recientemente, incluso se está valorando la asociación con cáncer.
Por otro lado, los efectos de la falta de un sueño reparador, y que hace que las personas que padecen apnea del sueño sientan fatiga, pérdida de concentración, somnolencia diurna e irritabilidad, y que pueden tener como consecuencia mayor siniestralidad laboral o de accidentes laborales o de tráfico.
El doctor recuerda que suele afectar a hombres con sobrepeso, roncador y mayor de 65 años, sin embargo también afecta a las mujeres especialmente a partir de la menopausia; y para prevenir aconseja adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, evitar el sobrepeso, hacer ejercicio físico de forma regular, abandonar el tabaco y evitar el alcohol, son también pilares principales del tratamiento.
En cuanto a los tratamientos actuales, el médico recuerda que son muy efectivos para las consecuencias negativas de esta patología, "tales como la CPAP, un aparato que se utiliza mientras se duerme y que mediante una mascarilla 'sopla' aire manteniendo abierta las vías respiratorias, y los dispositivos intraorales, por si no se tolera la CPAP, o el paciente lo demanda como primera opción".