MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Fortalecer los alimentos a base de granos con ácido fólico, instituido en Estados Unidos en la década de 1990 para prevenir defectos del tubo neural en los bebés, también puede reducir la incidencia de enfermedades mentales graves como la esquizofrenia que aparecen inicialmente en la edad adulta.
En su estudio comparando imágenes cerebrales de jóvenes en edad escolar nacidos justo antes de la regulación de la fortificación con los jóvenes nacidos después, un equipo de investigación del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, encontró que el aumento de la exposición al ácido fólico en el útero se asociaba con cambios en desarrollo posterior del cerebro. Estos cambios cerebrales, a su vez, predijeron un riesgo reducido para los síntomas de la psicosis.
"Las enfermedades mentales graves como el autismo y la esquizofrenia que atacan a niños y adultos jóvenes son devastadoras y crónicas y, en la actualidad, no tienen prevención o cura conocida --dice el autor principal del artículo publicado en 'JAMA Psychiatry' sobre el trabajo, Joshua Roffman, del Departamento de Psiquiatría--. Se cree que estas patologías comienzan en el útero, por lo que tiene sentido concentrar nuestros esfuerzos allí. Si incluso una parte de estos casos podría prevenirse mediante una intervención benigna y fácilmente disponible durante el embarazo, podría ser tan transformador para la psiquiatría como las vacunas han sido para enfermedades infecciosas o la fluoración para la Odontología. Nuestros resultados con ácido fólico dan un importante paso en esa dirección".
Una regulación de la agencia estadounidense del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) de 1996 exigía que los productos de granos como pan enriquecido, harina, harina de maíz, arroz y pasta se fortificaran con ácido fólico para el 1 de enero de 1998. Se sabe que el ácido fólico reduce el riesgo de defectos del tubo neural como espina bífida, en la cual la columna vertebral no se cierra completamente alrededor de la médula espinal, lo que puede ocasionar discapacidades graves.
Aunque se recomienda tomar suplementos de ácido fólico para mujeres que pueden quedarse embarazadas, ya que los defectos del tubo neural pueden desarrollarse antes de que se reconozca un embarazo, la fortificación con ácido fólico del suministro de alimentos se diseñó para proteger ampliamente contra los riesgos. La medida condujo a una duplicación rápida de los niveles sanguíneos de ácido fólico (la categoría de nutrientes, incluido el ácido fólico) en las mujeres de Estados Unidos y una menor incidencia de espina bífida en todo el país.
Se ha demostrado que la mala nutrición materna durante el embarazo eleva los riesgos posteriores de enfermedades como la esquizofrenia en la descendencia, y estudios recientes a largo plazo en varios países, incluido Estados Unidos, han asociado el consumo de ácido fólico prenatal con una reducción del 50 por ciento en el riesgo de autismo en los niños. Pero ninguna de estas observaciones incluyó evidencia biológica que pudiera respaldar una relación de causa y efecto entre la exposición al ácido fólico prenatal y el desarrollo de estos trastornos psiquiátricos. Al buscar tal evidencia, los investigadores tomaron ventaja del "experimento natural" proporcionado por la rápida implementación en Estados Unidos de la fortificación con ácido fólico durante dos años, desde 1996 hasta 1998.
El equipo revisó dos conjuntos de imágenes de resonancia magnética (RM) cerebral tomadas cuando los niños y adolescentes nacidos entre 1993 y 2001 tenían entre 8 y 18 años. Un grupo consistía en imágenes cerebrales normales tomadas en el Hospital General de Massachusetts (MGH, por sus siglas en inglés) como parte de la atención clínica de 292 pacientes; otro conjunto incluyó imágenes de 861 participantes en la Cohorte de Neurodesarrollo de Filadelfia, un estudio que incluyó la evaluación de los síntomas psiquiátricos, incluidos los relacionados con trastornos psicóticos.
Ambos grupos se dividieron según la probable exposición prenatal al ácido fólico: los nacidos antes del 1 de julio de 1996, cuando comenzó la fortificación; los nacidos después del 1 de julio de 1998, cuando se completó la implementación, y los nacidos en los dos años intermedios, para quienes la exposición grupal hubiera sido intermedia. Un tercer conjunto de imágenes reflejó a 217 participantes en un estudio de salud de varios institutos nacionales (NIH, por sus siglas en inglés), todos de edades de 8 a 18 años cuando se obtuvieron imágenes, pero que nacieron antes de que se instituyera la fortificación con ácido fólico.
Las imágenes de las cohortes de MGH y Filadelfia revelaron que los jóvenes nacidos después de la implementación completa de la fortificación con ácido fólico presentaban diferentes patrones de maduración cortical en comparación con los participantes nacidos antes de que comenzara el programa. Estas diferencias se caracterizaron por un tejido cerebral significativamente más grueso y un retraso en el adelgazamiento de la corteza cerebral en regiones asociadas con la esquizofrenia.
El grosor cortical de los nacidos durante el periodo de despliegue fue intermedio entre los otros dos grupos. Mientras que un adelgazamiento de la corteza cerebral en niños en edad escolar es una parte normal de la maduración cerebral, probablemente vinculada a procesos como la eliminación de conexiones innecesarias entre neuronas, análisis previos han relacionado el adelgazamiento cortical temprano y acelerado con autismo y con síntomas de psicosis.
FORTIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS CON ÁCIDO FÓLICO EN 81 PAÍSES
Los datos sobre los síntomas psiquiátricos disponibles de la cohorte de Filadelfia revelaron que el adelgazamiento cortical tardío que se observó en los participantes expuestos completamente al ácido fólico se asoció con un riesgo significativamente reducido de síntomas de psicosis. Las imágenes de la cohorte NIH, que no estuvo expuesta a fortificación con ácido fólico, no revelaron evidencia de adelgazamiento cortical tardío en los participantes expuestos a ácido fólico de los otros dos grupos, lo que apoya la asociación entre la exposición prenatal al ácido fólico y el retraso en el estrechamiento cortical.
"Si bien nuestros resultados relacionan la exposición prenatal a la fortificación del ácido fólico con cambios en el desarrollo cortical y un riesgo reducido de síntomas del espectro psicótico, no pueden vincular directamente la exposición al ácido fólico con un riesgo reducido de esquizofrenia, ya que la edad típica de inicio es a principios de los años 20. Pero dado que tales síntomas en la juventud están en el mismo campo que la esquizofrenia, los resultados son prometedores para la prevención de la esquizofrenia", dice Roffman.
"Los participantes más antiguos en nuestro estudio se están acercando a la edad de mayor riesgo de varios trastornos psiquiátricos, que también incluyen el trastorno bipolar y la depresión, por lo que será de gran interés ver si la exposición tiene un efecto sobre la incidencia de estos trastornos. La investigación también debería analizar cómo los niveles reales de folato materno se relacionan con el desarrollo cerebral posnatal y el riesgo de una enfermedad mental posterior", añade Roffman, profesor asociado de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, Estados Unidos.
Y agrega: "Mientras que 81 países actualmente fortifican su suministro de alimentos con ácido fólico, más de la mitad de la población mundial permanece sin tal exposición. Demostrar concluyentemente que el ácido fólico prenatal podría tener beneficios para la salud cerebral más allá de sus efectos bien establecidos en la prevención de la espina bífida podría ayudar a inclinar la balanza hacia la implementación de fortificación en países que aún no lo han adoptado".