MADRID, 23 Abr. (EDIZIONES) -
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) define el estreñimiento como una menor frecuencia de evacuación de las heces; en heces duras, secas o caprinas; en un esfuerzo excesivo al defecar, o en una sensación incompleta de evacuación."No defecar todos los días no es estreñimiento, ya que el ritmo intestinal de cada persona puede ser muy variable", precisa.
Mientras, en una entrevista con Infosalus, la doctora María José Quilés, médico especialista en aparato digestivo infantil del Hospital San Rafael de Madrid subraya que ésta puede darse en dos de cada diez niños, y puede ocasionar hasta menos de dos defecaciones a la semana.
"Hay que preocuparse cuando hay varias defecaciones con dolor y no se resuelven en pocos días. Sobre todo en momentos críticos del bebé, como a la hora de quitar el pañal, también en los menores de seis meses, y especialmente durante el primer mes de vida", señala la experta.
En concreto, puede causar a menudo dolor abdominal, según advierte la AEPAP, que puede empeorar a lo largo del día o al comer, y se alivia con la emisión de gases. "El paso de las heces duras por el ano puede causar dolor; incluso una fisura anal, alerta. Por ello, el niño tiene miedo a defecar y se retiene más. El bolo fecal se hace más grande y dificulta más que las heces puedan salir. Es un círculo vicioso", advierte.
EL MIEDO A DEFECAR
La doctora Quilés resalta en este sentido que en un 95% de casos tiene su origen de forma funcional, y se excluyen enfermedades de tipo orgánico. "El origen está en el miedo a defecar con experiencia traumática previa, por esa actitud de retener la deposición para evitar el dolor, y también se perpetua por el uso de enemas o supositorios", añade.
Además, destaca que existen algunas situaciones que lo pueden favorecer: un proceso febril, cuando nace un hermano, también la enfermedad celiaca, la fibrosis quística, hipotiroidismo, la retirada del pañal, un cambio en la dieta, o la enfermedad estreptocócica perianal, que hace que se irrite el culete del bebé.
Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) indican que el síntoma fundamental es la disminución de la frecuencia de las deposiciones, y generalmente dice que se admite el límite de una deposición cada dos días (tres a la semana). "Pero hay niños estreñidos que hacen todos los días, aunque de forma incompleta. Cuando esto ocurre, se van acumulando heces y periódicamente eliminan una más grande y con más esfuerzo de lo habitual. Con el tiempo pueden aparecer heridas en el ano o fisuras anales", avisa.
Eso sí, la especialista en aparato digestivo infantil del Hospital San Rafael advierte de que no es lo mismo el estreñimiento en los bebés de lactancia materna exclusiva, ya que estos pueden encontrarse durante una semana sin defecar y no pasar absolutamente nada, a pesar de que por regla general estos suelan defecar una o dos veces al día, o incluso en cada toma.
QUÉ HACER: CONSEJOS
Inicialmente, la doctora Quilés apuesta por las medidas higiénico-dietéticas como primera baza para intentar combatir el estreñimiento en los menores: "Seguir una dieta rica en fruta y verdura, no es necesario ingerir fibra artificial. Además, debemos asegurarnos de que beben bastante agua. Que tomen fruta entera, no triturada, ni en zumo".
Asimismo, ve conveniente trabajar por conseguir un hábito defecatorio adecuado, y que por lo menos, y durante diez minutos tras las comidas principales, estén sentados en la taza del inodoro, asegurando una buena postura en el wc, que no cuelguen las piernas y sí se empleen adaptadores o alzas para que los niños puedan apoyar bien los pies.
Fomentar el ejercicio físico, evitar el uso de enemas y de supositorios, o no estimular con termómetro o perejil, son otros de sus consejos. En caso de que fuera necesario recomienda la toma de laxantes vía oral, y el empleo de pomadas en caso de fisuras anales.