MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El desarrollo de una vacuna de insulina para prevenir la diabetes tipo 1 acaba de completar su primer paso con éxito, según informan los investigadores en la última edición de la revista 'JAMA'.
El fármaco está siendo desarrollado por científicos del Centro DFG para Terapias Regenerativas de Dresde, TU Dresden y el 'Institut für Diabetesforschung-Helmholtz Zentrum München', en Múnich, Alemania, junto con investigadores de Viena, en Austria; Bristol, Reino Unido, y Denver, Estados Unidos,
Los autores señalan que las evaluaciones del estudio internacional Pre-POINT apuntan a una respuesta inmune positiva en personas en riesgo de la enfermedad que recibieron dosis orales de insulina, sin que se observaran reacciones adversas como hipoglucemia. El objetivo de la siguiente fase de la prueba será determinar si una vacuna contra la insulina puede prevenir el brote de la enfermedad a largo plazo.
Los niños con diabetes tipo 1 necesitan varias inyecciones de insulina todos los días de sus vidas porque el propio sistema inmunológico del cuerpo destruye las células beta en el páncreas, que son las células que producen insulina. Este es un proceso que comienza temprano.
En lugar de ignorar proteínas tales como la insulina, las defensas inmunitarias ven la insulina y otras proteínas en las células como extrañas y movilizan las células inmunes para destruir las células beta. Normalmente, el sistema inmune desarrolla una tolerancia inmunológica a proteínas propias del cuerpo durante los primeros años de vida, evitando así este tipo de respuesta autoinmune.
Esta tolerancia del cuerpo incluye la formación de las células inmunes que impiden la destrucción de las células propias del cuerpo. El objetivo de la vacuna de la insulina es ayudar a "formar" esta respuesta inmune preventiva positiva.
En el estudio de Pre-POINT, los autores trataron a los niños con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 en Alemania, Austria, Estados Unidos y Reino Unido con insulina oral una vez al día durante periodos promedio de medio año. Al grupo de control sólo se le dio un placebo sin ningún efecto.
El grupo al que se administró la sustancia activa ingirió la insulina en forma de polvo junto con la comida a niveles de dosificación variables que se incrementaron en el curso del estudio. En la dosis más alta (67,5 mg), el polvo de insulina indujo entonces la respuesta inmune deseada.
El profesor Ezio Bonifacio, del Centro de Terapias Regenerativas, que actuó como investigador principal del estudio, relata: "Dado que la insulina en esta forma de dosificación se descompone en el estómago, no influye en los niveles de glucosa en sangre. Creemos que la mayor parte de la respuesta está sucediendo mientras la insulina se encuentra todavía en la boca".
Según la profesora Anita-Gabriele Ziegler, del Institut für Diabetesforschung, que también contribuyó al estudio, la insulina se administró como una vacuna profiláctica a los niños antes de que hubieran desarrollado una respuesta autoinmune, es decir antes de que se produzcan autoanticuerpos. Ziegler continúa: "Ésta es una forma revolucionaria de prevenir la diabetes tipo 1, pero es bastante lógico que si el sistema inmunológico del cuerpo no aprende cómo generar las respuestas de protección por sí mismo, tenemos que ayudarle un poco".
En estudios de seguimiento, se dará tratamiento a un mayor número de bebés que están genéticamente en riesgo de desarrollar diabetes tipo 1. Si la vacuna tiene éxito en la prevención de la enfermedad en el largo plazo, esto abriría la puerta a una amplia cobertura con la vacuna preventiva.