MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con esclerosis múltiple (EM) que se propusieron amamantar a sus bebés durante dos meses presentaban un menor riesgo de recaída durante los primeros seis meses después de dar a luz en comparación con las mujeres que no dieron exclusivamente lactancia materna a sus pequeños, según un artículo publicado en la edición digital de 'Archives of Neurology'.
VENTAJAS DE LA LACTANCIA MATERNA
Alrededor de entre el 20 y el 30 por ciento de las mujeres con esclerosis múltiple experimentan una recaída dentro de los primeros entre tres a cuatro meses después de dar a luz y no hay intervenciones de prevención eficaz de la recaída tras el parto. El efecto de la lactancia materna exclusiva en el riesgo de las recaídas de la EM es polémico con resultados en conflicto.
Kerstin Hellwig, de la 'Ruhr-Universität Bochum', en Alemania, y coautores analizaron los datos de 201 mujeres embarazadas con esclerosis múltiple recogidos entre 2008 y 2012 con un año de seguimiento post-parto en el registro nacional de esclerosis múltiple alemán y embarazo. La lactancia materna exclusiva se definió como la ausencia de reemplazo de alguna toma de lactancia materna con alimentación suplementaria al menos durante dos meses frente a la lactancia mixta (materna más alimentación complementaria) o una alimentación sin lactancia materna.
De las 201 mujeres, 120 (el 59,7 por ciento) realizó la lactancia materna exclusiva durante al menos dos meses, 42 mujeres (20,9 por ciento) lactancia materna combinada con alimentación complementaria dentro de los dos primeros meses después del parto y 39 mujeres (19,4 por ciento) no amamantaron a sus bebés. La mayoría de las mujeres [178 (88,6 por ciento)] había utilizado agentes de terapia modificadora de la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés) antes del embarazo.
Los autores de la investigación informan que 31 mujeres (38,3 por ciento) que no amamantaron exclusivamente a sus bebés experimentaron una recaída en la EM dentro de los primeros seis meses después del parto en comparación con 29 mujeres (24,2 por ciento) que planearon amamantar exclusivamente a sus pequeños durante al menos dos meses.
Los investigadores señalan que el efecto de la lactancia materna exclusiva "parece ser plausible", ya que la actividad de la enfermedad regresó en la segunda mitad del año después del parto en las mujeres que amamantan exclusivamente a sus bebés, que se corresponde con la introducción de la alimentación complementaria y el retorno de la menstruación. La introducción de la alimentación con leche de fórmula o alimentos sólidos a un bebé conduce a un cambio en el estado hormonal de una mujer dando como resultado el retorno a la ovulación.
Los científicos dicen que la principal limitación de su estudio fue el sesgo de selección inherente a los registros voluntarios y que se refleja en la alta proporción de mujeres que reciben DMT. "En conjunto, nuestros resultados indican que las mujeres con EM deben recibir apoyo si deciden amamantar exclusivamente, ya que claramente no aumenta el riesgo de recaída después del parto. La recaída en los primeros seis meses tras el parto puede disminuir por la lactancia materna exclusiva, pero una vez que se introduce la alimentación, es probable que vuelva la actividad de la enfermedad", concluye el estudio.