MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han encontrado que las proteínas que controlan la progresión de la enfermedad de Alzheimer están vinculadas en una ruta y que los medicamentos dirigidos a esta vía pueden ser una forma de tratamiento de la enfermedad, que afecta a 40 millones de personas en todo el mundo, como detallan en un artículo que se publica este jueves en 'Cell Reports'.
Los científicos encontraron que a medida que una proteína llamada proteína precursora amiloide (APP, por sus siglas en inglés) se descompone en fragmentos de proteínas tóxicas llamadas beta-amiloide, afecta a la manera en la que otra proteína clave, tau, se comporta.
Aunque en un trabajo anterior se han descrito vínculos entre estas proteínas, esta investigación ha identificado una nueva asociación entre ellas y ha visto que la manipulación de la velocidad a la que APP se descompone está conectada directamente a los niveles de tau.
Aunque no se sabe exactamente qué causa la enfermedad de Alzheimer, se conoce que beta-amiloide y tau se acumulan en el cerebro, formando "placas" y "ovillos" que interrumpen las conexiones entre las neuronas, finalmente matándolas. No hay tratamientos para detener o revertir la progresión de la enfermedad, pero los investigadores están comenzando a entender los mecanismos que hacen que avance.
La mayoría de las personas que desarrollan la enfermedad de Alzheimer empezarán primero a mostrar síntomas en la edad adulta, por lo general hacia los sesenta o setenta años. Sin embargo, entre el uno y el cinco por ciento de las personas con Alzheimer posee una versión genética de la enfermedad que se transmite de padres a hijos, que típicamente aparece hacia sus treinta o cuarenta años.
Los investigadores de Cambridge utilizaron células de la piel de individuos con la forma genética de la enfermedad de Alzheimer y las reprogramaron para convertirse en células madre pluripotentes inducidas, que pueden convertirse en casi cualquier tipo de células en el cuerpo. Entonces, las células madre se dirigen para convertirse en neuronas con todas las características del Alzheimer.
Trabajando con estos grupos de neuronas humanas --en esencia, "mini cerebros"--, los investigadores utilizaron tres tipos de fármacos para manipular la tasa a la que APP es "masticada" por la inhibición de las enzimas secretasa que son responsables de romperla en fragmentos beta-amiloides. Mediante el uso de fármacos para aumentar o disminuir la velocidad a la que APP se descompone, se observó que los niveles de tau también pueden alterarse.
Una investigación anterior que estudió el vínculo entre la beta-amiloide y tau había encontrado que una vez que APP se descompone, un trozo de beta-amiloide sale fuera de la célula, lo que provoca un aumento de la producción de tau. "Lo que estamos viendo es que hay una segunda vía y que el beta-amiloide no tiene que estar fuera de la célula para cambiar los niveles de tau, sino que la célula lo hace por sí misma", explica el director de la investigación, Rick Livesey, del Wellcome Trust/Instituto Gurdon de Investigación del Cáncer en Reino Unido.
Aunque los investigadores identificaron esta vía en las neuronas con la forma familiar mucho más rara de la enfermedad de Alzheimer, encontraron que existe la misma vía en las neuronas sanas, así que apunta a la posibilidad de que la orientación de la misma vía en el inicio tardío del Alzheimer puede ser una forma de tratar la enfermedad.
"Estamos muy contentos de ver que nuestra inversión en esta innovadora investigación mediante la tecnología de células madre está impulsando la comprensión de los mecanismos de la enfermedad de Alzheimer", subraya el jefe de investigación de Alzheimer Research UK, Simon Ridley.
La investigación también apunta a la creciente importancia de las células madre humanas en la investigación médica. "La pregunta es por qué no se ha identificado esta vía, dado que el Alzheimer es tan bien estudiado --plantea Livesey.--. La respuesta es que los ratones no desarrollan la enfermedad de Alzheimer y no responden a estos medicamentos en la forma en la que las neuronas humanas lo hacen. Es algo que sólo podemos hacer observando las neuronas humanas reales".