MADRID, 21 May. (INFOSALUS) -
Entran y salen de los juzgados, acumulan denuncias e, incluso, alguno ha llegado a sido condenado la prisión preventiva, se trata de los cibergigolós, unos estafadores que enamoran a sus víctimas a través de internet con el objetivo de obtener de ellas una beneficio económico.
"Este nuevo perfil delictivo corresponde a personas con una elevada capacidad de la comprensión emocional y cognitiva de sus víctimas, pero que tiene la capacidad de que dichas emociones y pensamientos no le afecten, por lo que la manipulación es una herramienta para conseguir lo que quiere, sin presentar culpa o remordimientos", ha explicado la psicóloga, Pilar Conde.
Estas personas utilizan el aspecto físico para influir en la persona y, posteriormente, lanzan mensajes amorosos elaborados según la personalidad de la víctima. Finalmente, tras el proceso de enamoramiento al que ha sido sometida la mujer, el estafador les hace responsables de solucionar lo que le está pasando, les hace sentir que tienen la culpa de lo que le sucede y que tienen la "obligación" de ayudarles.
Por todo ello, la también directora técnica de Clínicas Origen ha aportado una serie de consejos para incrementar el grado de protección emocional y, por ende, evitar el engaño de un cibergigoló.
1. Mantener nuestras cuentas privadas en redes y plataformas y solo aceptar a aquellas personas que se conozca o que se tenga referencias de los amigos. Las redes sociales tiene mucha información sobre las personas y puede ser utilizada por otras que tienen intereses de aprovecharse.
2. Bloquear a quien me haya agredado y tiene poco contactos, poco tiempo de pertenencia a una red o pocas fotos. "Es mejor desconfiar, siempre que no sepamos de donde procede ese contacto", ha explicado la psicóloga.
3. Sospechar de quien no quiera hablar y quien no quiera presentar a su entorno personal.
4. Si al poco tiempo cuentan problemas y uno se siente responsable de ofrecerle su ayuda, es necesario "frenar" y pararse a pensar desde cuándo se conoce a esa persona y cuánto de lo que ha contado esa personas se ha podido comprobar en persona.
"Este tipo de experiencias suponen una merma en la autoestima personal ya que, además de haber sido engañadas en cuestiones relativas a las emociones, se les ha hecho sentir culpables. Es muy posible que estos hechos afecten, añade, a sus relaciones futuras", ha zanjado la experta.