MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las personas suelen decir una media de dos mentiras al día, especialmente en el caso de los hombres, tal y como ha puesto de manifiesto la psicóloga María Jesús Álava Reyes con motivo de la publicación de su libro 'La verdad de la mentira'.
"La mentira es una de las causas de mayor sufrimiento emocional y objeto de muchas consultas psicológicas. Su principal consecuencia es el deterioro de la credibilidad y la confianza", ha asegurado, para avisar de que más de la mitad de las mentiras pasan desapercibidas.
Por ello, tan importante es como saber por qué se miente que conocer cómo se puede descubrir a los mentirosos y por qué a menudo las personas se dejan engañar. "La mentira siempre significa un cierto nivel de agresividad: es manipulación. No seamos ingenuos. Hay que estar atentos a las mentiras, ser conscientes de su importancia. Desde la psicología podemos aprender a vivir sin que la mentira nos prive de la verdad. La detección de la mentira nos puede ayudar a ser más felices", ha recalcado Álava.
Ahora bien, la psicóloga ha reconocido que puede haber mentiras necesarias, si bien ha aconsejado no decir la verdad en lugar de mentir. "En ocasiones es mejor no decir la verdad, aunque se puede evitar mentir poniendo el foco en otro tema. Por ejemplo, no hay que decir la verdad hasta el extremo de quitar la esperanza, como en el caso de los enfermos", ha explicado.
SE MIENTE UNA DE CADA CUATRO VECES
Dicho esto, Álava Reyes ha recalcado que se miente en función de las características personales. En concreto, tienen a hacerlo más aquellas personas que se identifican con la 'triada oscura': los narcisistas, maquiavélicos y los psicópatas'. También los introvertidos y aquellos preocupados por su imagen, como los políticos, mienten cuatro veces más que el resto.
"En nuestras interacciones sociales mentimos una de cada cuatro veces. En nuestras relaciones de pareja, no solo mentimos, sino que nos resulta más difícil detectar la mentira de las personas que amamos. Según los estudios, las mujeres son más observadoras, detectan mejor las mentiras, y también les tienen mayor aversión. Por eso, mienten menos que los hombres, pero mienten mejor", ha informado.
Las mentiras más dolorosas son las que se dicen a uno mismo o las que los hijos sienten cuando descubren que sus padres les han mentido. "Los niños mienten a partir de los 3 años y detectan mejor cuando miente un adulto que los propios adultos. Y, sin embargo, los jóvenes son los menos preparados para detectar la mentira, probablemente por la sobreprotección de los padres en su infancia", ha sentenciado la psicóloga.
En el ambiente laboral tampoco se dice la verdad. De hecho, según la experta, un 83 por ciento de la población reconoce que estaría dispuesto a mentir en una primera entrevista de trabajo. Además, cuando se miente en el trabajo se suele hacer para obtener algún beneficio de la otra persona.