MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que las enfermedades no transmisibles causan 40 millones de muertes cada año, lo que equivale ya al 70 por ciento de todas las muertes a que se producen a nivel mundial.
Las principales patologías de este grupo son las cardiovasculares, con 17,7 millones de muertes anuales, más del doble de las provocadas por cáncer (8,8 millones), las enfermedades respiratorias (3,9 millones) y la diabetes (1,6 millones), que representan más del 80 por ciento de estos fallecimientos.
El problema, según este organismo de Naciones Unidas, es que el impacto "desproporcionado" de estas patologías en países con menos recursos, ya que hasta el 75 por ciento de estas muertes (unos 31 millones) se registran en países de ingresos bajos y medios.
Estas patologías suelen ser enfermedades crónicas o de larga duración y derivan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales. Niños, adultos y ancianos son todos ellos vulnerables a los factores de riesgo que favorecen estas patologías, como las dietas malsanas, la inactividad física, la exposición al humo del tabaco o el uso nocivo del alcohol.
Así, el tabaco se cobra 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los efectos de la exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente considerablemente en los próximos años, mientras que unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva de sal/sodio y más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de alcohol se deben a estas patologías, entre ellas el cáncer.
Además, estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como la urbanización rápida y no planificada, la mundialización de modos de vida poco saludables o el envejecimiento de la población. Las dietas malsanas y la inactividad física pueden manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la glucosa y los lípidos en la sangre, y obesidad.
Son los llamados "factores de riesgo metabólicos", que pueden dar lugar a enfermedades cardiovasculares, la principal enfermedad no transmisible por lo que respecta a las muertes prematuras.
BAJAR SU IMPACTO EN UN TERCIO
La OMS asegura que estas patologías ponen en peligro el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentra la reducción de las muertes prematuras por estas enfermedades en un 33 por ciento para 2030.
Para controlarlas, insisten en centrarse en la reducción de los factores de riesgo y por ello los gobiernos y otras partes interesadas tienen a su disposición soluciones de bajo coste para reducir los factores de riesgo modificables comunes.
"Hay que aplicar un enfoque integral que haga que todos los sectores, incluidos entre otros los de la salud, las finanzas, el transporte, la educación, la agricultura y la planificación, colaboren para reducir los riesgos asociados a las enfermedades no transmisibles y promover las intervenciones que permitan prevenirlas y controlarlas", han destacado.
Además, ven "poco probable" que los países con cobertura insuficiente del seguro de enfermedad puedan proporcionar un acceso universal a las intervenciones esenciales contra estas patologías y poder cumplir con los objetivos de este organismo para 2030.
En 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrará una tercera reunión de alto nivel sobre estas patologías para examinar los progresos realizados y establecer un consenso sobre lo que queda por hacer entre 2018 y 2030.