MADRID 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
La posibilidad de llevar a cabo estudios de biomarcadores en suero sanguíneo para conocer el estado del corazón, ha permitido un "gran avance" en términos de eficacia clínica, diagnóstico y pronóstico y está abriendo "importantes" líneas de investigación en torno a la identificación de diferentes vías patogénicas y nuevos biomarcadores", ha explicado el jefe del servicio de Cardiología y director del Grupo Insuficiencia Cardiaca y Regeneración Cardiaca (ICREC) del Institut del Cor del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona, Antoni Bayés Genís, en el marco del 'III Forum Roche In Vitro Diagnostics'.
Asimismo, el doctor ha abundado en la "gran utilidad" de biomarcadores relativamente nuevos, como el NT-proBNP o marcadores de fibrosis del corazón, como la proteína ST2. "Dada la relación de la fibrosis del corazón con la insuficiencia cardiaca y el riesgo de muerte súbita, se trata de un excelente predictor", ha explicado para, además, señalar que el estudio de la combinación de varios de estos biomarcadores o análisis multimarcador es una de las vías "más relevantes" de investigación en la actualidad y cuya implementación generalizada aportará una gran precisión diagnóstica y terapéutica y una importante optimización de recursos.
Por ejemplo, prosigue, la combinación de ambos biomarcadores -- NT-proBNP y proteína ST21-- ha demostrado la predicción de riesgo de muerte súbita en términos muy relevantes. "Cuando ambos biomarcadores son bajos el riesgo de muerte súbita al año es de solo el 1 por ciento, mientras que cuando son altos el riesgo aumenta al 25 por ciento. Esto supone una selección más eficaz de los pacientes susceptibles de tratamiento con desfibrilador. Teniendo en cuenta que el coste del mismo es de unos 20.000 euros y la determinación de ambos biomarcadores supone una inversión de 25-30 euros, esta estrategia diagnóstica es fundamental en la práctica clínica habitual", ha apostillado.
En cuanto a la implementación del uso de biomarcadores en Cardiología, Bayés Genís ha explicado que en el 80 por ciento de los hospitales terciarios en España y en todos los centros con unidades de insuficiencia cardiaca se utiliza, por ejemplo, el biomarcador NT-proBNP.
EL SIGUIENTE PASO ES SU IMPLEMENTACIÓN EN URGENCIAS Y EN AP
"El siguiente paso es su implementación en Urgencias y en Atención Primaria, integrando el estudio de biomarcadores en los procesos asistenciales habituales y rediseñando los circuitos de gestión", ha apostillado, al tiempo que ha afirmado que para facilitar dicho paso y la implementación, destaca el desarrollo de una calculadora de riesgo en insuficiencia cardiaca que por primera vez incluye biomarcadores, concretamente ST2, NTproBNP y troponina T ultrasensible.
"La importancia del uso de biomarcadores en Cardiología radica en la imposibilidad de realizar biopsias al corazón, así como en la aportación de una gran precisión diagnóstica y pronóstica", ha recalcado.
Respecto a la eficiencia y coste-efectividad que aporta su implementación en la práctica clínica, el experto ha explicado este concepto en tres escenarios clínicos diferentes. El primero de ellos es el de un paciente que llega a la consulta de Atención Primaria con sospecha de insuficiencia cardiaca y se le realiza estudio de biomarcador NT-proBNP, lo que le aporta el resultado en 20 minutos y evita la realización de ecocardiograma en Atención Especializada. "En términos económicos supone una gran optimización de recursos, teniendo en cuenta que el estudio del biomarcador tiene un coste de 15 euros y el ecocardiograma cuesta alrededor de 80 euros y la presencia de un experto en la técnica", ha detallado.
El segundo caso clínico se puede analizar en Urgencias, en pacientes con sospecha de disnea aguda. A su juicio, el biomarcador NT-proBNP conlleva contar con diagnóstico certero de forma "más rápida", tomar la decisión correcta en cuanto al tratamiento antes y disminuir la estancia hospitalaria del paciente".
Por último, zanjada, el tercer caso trata de la utilización del biomarcador NT-proBNP en el programa asistencial de insuficiencia cardiaca, con lo que se consigue mantener "más estables y alejados" del hospital a los pacientes, disminuyendo los reingresos hospitalarios como consecuencia de la enfermedad.