MADRID, 25 Oct. (INFOSALUS) -
Los padres actuales están muy atentos a cada característica del desarrollo de sus hijos y en lo que se refiere a aquellas que suelen convertirse en una peculiaridad del crecimiento siempre se plantean la cuestión ¿será saludable? Sentarse con las rodillas juntas mientras las parte inferior de las piernas se coloca hacia los lados como formando una 'W' genera una de estas dudas frecuentes.
Según explica a Infosalus Enrique Puchol, jefe de la Unidad de Traumatología y Ortopedia Infantil del Hospital La Fé en Valencia, esta forma de sentarse no está originada por una patología sino por una disposición de las caderas en los niños que es una variante de la normalidad.
La denominada anteversión femoral es una condición donde el cuello femoral unido a la cadera se inclina hacia adelante, lo que causa que la parte baja de la pierna gire hacia adentro y las rodillas y caderas no estén en línea. Esta anteversión del fémur que sitúa a la cadera más hacia delante suele hacer que los niños corran con los pies hacia adentro y de forma desestructurada.
Según señala Puchol, su origen está probablemente en el desarrollo en el útero del bebé y con el crecimiento normal del menor se va corrigiendo de forma progresiva. "Entre los 10 y 12 años en las niñas se suele haber corregido y en los niños tarda un poco más, hacia los 14 años", explica Puchol.
"El sentarse con las rodillas juntas y los pies hacia los lados es motivo de que tarde más en corregirse", señala Puchol. En este sentido, el doctor señala que no se debe castigar a los niños por sentarse de determinada manera, ya que para ellos es lo más cómodo y lo natural.
CORREGIR LA 'W' AL SENTARSE
Lo mejor es emplear el sentido común y tratar de explicar al niño que es mejor para él sentarse de otra forma. El especialista apunta que ejercicios para corregir esta postura, como que el niño se siente con las plantas de los pies juntas y con las rodillas hacia abajo, pueden ser útiles pero siempre sin forzar a padres y niños a alterar su vida normal.
Para Puchol, los consejos para corregir esta forma de sentarse como en el caso de los pies planos el caminar descalzos por la playa, pueden calmar la ansiedad de los padres pero rara vez tienen resultados porque los chicos no están motivados para realizarlos y simplemente se sientan como les resulta más cómodo.
En cuanto a su repercusión en el desarrollo de los niños, Puchol señala que en el caso de los varones esta variación en las caderas puede ocasionar una forma de correr peculiar que les puede acomplejar y en el caso de las niñas se puede generar un problema estético al presentar rodillas 'enroscadas' y musculadas.
Sin embargo, esta variación en el desarrollo óseo no supone una afección física ni requiere una intervención quirúrgica salvo en casos muy limitantes para la marcha, apunta Puchol, en los que sí se realiza una osteotomía que supone cortar y recolocar el hueso del fémur.
SOBREPESO Y PIERNAS EN 'X'
En el caso de la anteversión femoral el sobrepeso o la obesidad no tiene porqué ocasionar un cuadro clínico ligado a esta condición. Sin embargo, en el trastorno de las piernas en 'X', donde las rodillas se tocan y los tobillos están separados, lo que se denominan rodillas valgas, el sobrepeso sí es un factor de riesgo.
Esta afección suele producirse en niños en los que hay una mayor laxitud ligamentosa y una habilidad articular extrema que suele ser un rasgo hereditario y que puede dar lugar también a problemas en los pies como el hundimiento del arco plantar, explica Puchol.
En estos niños con sobrepeso se pueden crear problemas de autoestima y adaptación ya que suelen caerse muy a menudo al realizar actividad física, en la que tienen más problemas que sus compañeros lo que les hace en muchos casos evitar el ejercicio físico. "Sin embargo, es la pescadilla que se muerde la cola, sin ejercicio físico aumenta el problema del sobrepeso", añade el especialista.
En estos casos, Puchol recomienda que se fomenten en los menores actividades físicas como la natación, donde el peso no es problema, o los deportes o juegos en los que existe una actividad repetitiva en la que se tienen claros los movimientos a realizar y los menores pueden desarrollar más confianza en sus capacidades.