MADRID, 13 Mar. (EDIZIONES) -
El hipertiroidismo, como su nombre indica, es un aumento en la función del tiroides. Produce un aumento de la producción de hormonas tiroideas, que tienen un papel muy importante en diferentes funciones del organismo, dando lugar en general a una aceleración del metabolismo.
Según explica a Infosalus el doctor José Carlos Fernández García, especialista de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, los síntomas del hipertiroidismo van desde alteraciones en la frecuencia cardiaca (taquicardia o palpitaciones) hasta temblores, nerviosismo, pérdida de peso, cambios en el estado de ánimo (humor variable, agresividad, ansiedad) y dificultad para conciliar el sueño, todo ello secundario al exceso de hormonas tiroideas y al metabolismo más acelerado.
Estos son los síntomas a corto plazo, ya que a largo plazo las dos áreas más afectadas son la cardíaca y la ósea. Respecto al corazón, el hipertiroidismo puede producir arritmias (fibrilación auricular sobre todo), insuficiencia cardíaca o alteraciones de las válvulas cardíacas. Respecto a los huesos, el hipertiroidismo produce osteopenia y osteoporosis (huesos más frágiles), lo que conlleva a largo plazo un mayor riesgo de fractura.
La prueba diagnóstica que permite a los facultativos identificar el trastorno se basa en una analítica sanguínea en la que se observan niveles reducidos de TSH (Hormona Estimulante de la Tiroides, según sus siglas en inglés), y aumento de las hormonas tiroideas libres periféricas T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina).
Aunque a veces los síntomas del hipertiroidismo se pueden confundir con el estrés, la aparición de otros signos y síntomas como la taquicardia, el temblor o la pérdida de peso nos deben hacer sospechar la presencia de hipertiroidismo. Como en la mayoría de trastornos tiroideos, la mujer es la que tiene un mayor riesgo de hipertiroidismo, de diez casos, aproximadamente nueve pacientes son de género femenino.
EL 'FUEGO AMIGO' DEL SISTEMA INMUNE
La causa más frecuente de hipertiroidismo es la enfermedad de Graves-Basedow, un trastorno autoinmune en el que aparece un anticuerpo llamado TSI (Inmunoglobulina Estimulante de la Tiroides, según sus siglas en inglés) que hace que la glándula tiroides produzca una cantidad excesiva de hormona tiroidea.
El anticuerpo TSI se une al tiroides para que funcione más y esto tiene como resultado un aumento del tamaño de la glándula (bocio) y una mayor cantidad de hormonas tiroideas producidas. Habitualmente la enfermedad de Graves-Basedow se presenta entre la tercera y quinta década de vida, y se diagnostica a través de los resultados de las hormonas en sangre y por la positividad de los anticuerpos TSI. Habitualmente, a mayor nivel de anticuerpos TSI existe mayor sintomatología asociada.
En el tratamiento de la enfermedad de Graves se suelen emplean pastillas antitiroideas que reducen la producción de hormona tiroidea durante un periodo de 12 a 18 meses. Entre un 50% y un 60% de los afectados alcanzan la cura y no requieren de terapia de mantenimiento. Cuando la terapia no funciona o bien se produce recidiva y el hipertiroidismo vuelve a presentarse, se suele aplicar tratamiento con yodo radioactivo, que se une a la glándula tiroidea y destruye gran parte de ella.
"El problema con el yodo radioactivo es que con bastante frecuencia destruye excesiva cantidad de glándula tiroidea y la producción hormonal del paciente se ve muy reducida, desarrollando hipotiroidismo, por lo que es necesario que la persona tenga que tomar terapia de reemplazo con tiroxina de forma mantenida", señala el doctor.
NÓDULOS DEMASIADO ACTIVOS
Un segundo motivo de hipertiroidismo es la existencia de un nódulo que produce un exceso de hormonas tiroideas, lo que se conoce como adenoma tóxico. La realización de una ecografía tiroidea, la negatividad del anticuerpo TSI y sobre todo, la realización de una gammagrafía que detecte un nódulo 'caliente' (un nódulo que produce una cantidad de hormona tiroidea excesiva) es característico de los adenomas tóxicos. El tratamiento habitual suele ser con una píldora de yodo radiactivo que anule el exceso funcionamiento de dicho nódulo.
Una tercera causa de hipertiroidismo es el bocio multinodular tóxico, más común en mayores que ya han pasado de los 60 años y que consiste en la existencia de múltiples nódulos de mayor o menor tamaño en la tiroides que en algunos casos producen más cantidad de hormona tiroidea.
En este trastorno, la ecografía muestra múltiples nódulos y la gammagrafía detecta un patrón heterogéneo, con zonas con más funcionamiento y otras con menor. El bocio multinodular se trata bien con yodo radioactivo o cuando existen nódulos de gran tamaño, molestias o preocupación en el paciente se opta por la intervención quirúrgica.
Por último, otra causa de hipertiroidismo es la tiroiditis, es decir, una inflamación de la glándula tiroides. La tiroiditis se puede producir por infecciones o por causas autoinmunes y produce típicamente un hipertiroidismo por destrucción de la glándula tiroidea, pero que es transitorio, tras lo cual se vuelve a restaurar la función tiroidea normal, aunque a veces se desarrolla hipotiroidismo.
Una causa frecuente de tiroiditis es la tiroiditis post-parto, donde habitualmente, unos meses después del parto se produce una inflamación de la tiroides que hace que las hormonas tiroideas almacenadas en la glándula se liberen a la sangre, lo que ocasiona síntomas de hipertiroidismo (taquicardia, palpitaciones, pérdida de peso).
Tras este periodo de hipertiroidismo, la mujer suele volver a la normalidad, pero si la destrucción de la glándula es muy extensa se puede producir hipotiroidismo permanente (un 25% de las veces), aunque la glándula tiroidea suele regenerarse en la mayoría de los casos. La mujer que ha tenido una tiroiditis post-parto es muy probable que vuelva a padecerla en futuros embarazos.
EL ESTRÉS AGUDO, FUENTE DE DESAJUSTES HORMONALES
Aunque no existe una evidencia científica concluyente sobre las causas de la enfermedad de Graves, sí se ha podido relacionar su aparición con momentos vitales de estrés agudo como la muerte de un familiar, una separación de pareja, nacimientos o incluso épocas de exámenes.
"El tiroides es muy susceptible al estrés que a su vez está asociado con la aparición de enfermedades autoinmunes", refiere el doctor José Carlos Fernández.
El hipertiroidismo es menos frecuente que el hipotiroidismo pero puede ocasionar más complicaciones si no se trata, sobre todo en el caso de las personas mayores en las que su corazón es más frágil y pueden tener más riesgo debido a las arritmias o también la descalcificación capaz de dar lugar a la ruptura de huesos y la consecuente pérdida de movilidad y discapacidad.
La prevalencia entre la población del hipertiroidismo se sitúa alrededor del 1%, aunque la mayor parte corresponde a hipertiroidismo subclínico, que afecta sobre todo a personas mayores con bocio de larga evolución y habitualmente no produce síntomas aparentes. En estos casos existe una reducción en los niveles de TSH pero las hormonas periféricas están normales.