MADRID, 6 Sep. (INFOSALUS) -
La ladilla es en realidad un piojo, pero un piojo púbico. Dentro de los piojos humanos podemos encontrar el piojo de la cabeza ('Pediculus capitis'), el del cuerpo ('Pediculus vestimentas' o 'P. Corporis') y el piojo púbico ('Phthirus pubis'). El 'Pthirus pubis' es un parásito exclusivo de los seres humanos y tiene una distribución mundial. A la infestación por este parásito se denomina ftiriasis.
LADILLAS: UNA ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN SEXUAL
Según explica a Infosalus la doctora Teresa Puerta López, Coordinadora del Grupo ETS/sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la ladilla infesta sobre todo el pelo del pubis y/o región perianal, pero también puede afectar al tronco o extremidades, y en mayor medida a los varones pues afecta en la mayoría de los casos al vello más grueso, axilas y de forma ocasional a las pestañas.
"La incidencia exacta de la parasitación por 'P. Pubis' es desconocida ya que no es una enfermedad de declaración obligatoria, que aparece sobre todo en individuos sexualmente activos", señala la doctora Puerta, del Centro Sanitario Sandoval en Madrid.
Este parásito tiene un tamaño entre 1,5 a 2 mm de longitud. Su cuerpo se divide en 3 partes: cabeza, con un par de ojos y un aparato bucal succionador; tórax, con 3 pares de patas con garfios que le permiten adherirse bien al vello; y un abdomen ancho que le da un aspecto de escudo.
Una vez que la hembra es fecundada, deposita entre uno a cuatro huevos al día, que se pegan al tallo del vello, después de un periodo de incubación de entre 6 a 9 días aparece una ninfa incolora y tras un periodo de entre 8 y 9 días en el que se producen 3 mudas sucesivas aparece el insecto adulto, que vuelve a iniciar el nuevo ciclo biológico.
El piojo necesita alimentarse cada 2 a 3 horas, picando al paciente y extrayendo sangre con su aparato succionador. Es un parásito que vive de la sangre (hematófago) y durante esta fase el insecto segrega saliva en la zona que ha picado para evitar que se coagule la sangre.
TRANSMISIÓN POR CONTACTO DIRECTO
Los piojos no saltan ni vuelan, por lo que la transmisión se produce en la mayoría de los casos por contacto físico directo, íntimo, aunque en ocasiones se pueda trasmitir de modo indirecto, por compartir toallas, sabanas o ropa interior de individuos parasitados. Puede afectar tanto a hombres como mujeres, en cualquier edad pero es más frecuente en personas jóvenes.
El síntoma fundamental es el picor (prurito) en la región anogenital. En la exploración se pueden ver los piojos aferrados al pelo o bien sus huevos, que son de color blanco opalescente. Con mucha frecuencia se observan también excoriaciones y costrillas, que se deben al rascado. A veces estas zonas afectadas se pueden sobre infectar, apareciendo zonas con impétigo, una infección de la piel por bacterias.
Otro signo muy típico es la mácula cerúlea (manchas grises o azuladas) producida por el deposito de hemosiderina (un pigmento derivado de la hemoglobina) en las capas profundas de la dermis como consecuencia de las sucesivas picaduras del piojo al alimentarse, añade Puerta. "Es necesario realizar un examen completo de otras zonas pilosas, ya que también pueden estar parasitadas", comenta la doctora.
TRATAR LA FTIRIASIS
En cuanto al tratamiento, lo ideal es que se utilice un pediculicida que sea efectivo tanto para el parásito adulto como para los huevos. Se recomienda el uso de permetrina al 1%, en crema o gel/loción.
"Por lo general con una aplicación es suficiente, sin embargo el tratamiento debe ser repetido a la semana para asegurarse la curación", comenta la doctora, que añade que la permetrina es solo para uso externo. Aunque no suele tener efectos secundarios, en alguna ocasión se podría presentar irritación de la piel o erupciones cutáneas.
También se pueden usar como tratamiento champús de lindano al 1% pero que no deben utilizarse en la zona ocular. Tanto el paciente como su pareja o parejas sexuales deben recibir tratamiento para eliminar los parásitos.
Las medidas generales de higiene incluyen lavar las ropas de cama, toallas y ropa íntima a 60 grados centígrados; limpiar la bañera, ducha e inodoros con alcohol; y los objetos que no se puedan lavar, se pueden rociar con un aerosol antiparasitario. También se pueden introducir en bolsas de plástico durante 10 a 14 días para sofocar los piojos.
"Es aconsejable realizar un estudio para descartar otras enfermedades de trasmisión sexual (ETS) en los pacientes que presenten 'P. Pubis'. El consejo preventivo sobre las ETS debe formar parte de la atención a cualquier paciente con sospecha de estas infecciones", concluye la doctora Puerta.