MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación del Hospital General de Massachusetts (MGH, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, ha identificado un nuevo papel sorprendente para los macrófagos, los glóbulos blancos principalmente conocidos por eliminar los patógenos, desechos celulares y otros materiales no deseados.
En su artículo publicado en 'Cell', los científicos describen el descubrimiento de que los macrófagos son también esenciales para el funcionamiento saludable del corazón, ayudando a conducir las señales eléctricas que coordinan los latidos del corazón.
"Nuestra conclusión de que un nuevo tipo de célula está involucrado en la conducción cardiaca puede llevar a entender mejor la función cardiaca normal. Lo que realmente me sorprendió fue que los macrófagos pueden despolarizar --cambiar su carga eléctrica-- cuando se acoplan a un miocito. Este trabajo sobre el papel de los macrófagos en la conducción puede conducir a nuevos tratamientos para las arritmias cardiacas", dice el autor Matthias Nahrendorf, del Centro de Sistemas Biológicos del MGH.
Más conocidos por su actividad del sistema inmune de engullir y digerir los microbios, las células dañadas y sustancias extrañas, los macrófagos se encuentran en los tejidos en todo el cuerpo y recientemente se ha demostrado que tienen funciones adicionales relacionadas con los tejidos donde residen. Aunque los macrófagos son necesarios para la curación de los tejidos dañados en el corazón, su presencia dentro del músculo cardiaco sano sugiere que tienen un papel en la función cardiaca normal.
El estudio de Nahrendorf fue diseñado para investigar su potencial papel en la transmisión y coordinación de las señales eléctricas que estimulan la contracción del músculo cardiaco. Los primeros experimentos en ratones revelaron que los macrófagos cardiacos son más abundantes en el nodo atrioventricular (AV) --una estructura clave que conecta las aurículas (cámaras superiores) con los ventrículos (cámaras inferiores)-- que coordina el tiempo de contracción de las cámaras superior e inferior.
UN HALLAZGO QUE PODRÍA APLICARSE A LOS TRATAMIENTOS
De forma similar, se encontraron concentraciones altas de macrófagos en los nódulos AV de muestras de autopsias humanas. Posteriormente, experimentos con animales encontraron que los macrófagos se conectan a las células del músculo cardiaco a través uniones en hendidura -estructuras como poros conocidas por coordinar las contracciones del músculo cardiaco-- y que los cambios en la carga eléctrica que llevan la señal de conducción se sincronizan entre los macrófagos y las células musculares del corazón llamadas miocitos.
Los ratones que carecían de una proteína clave de las uniones en hendidura mostraron una disminución anormal de la señal de conducción a través del nodo AV, y un agotamiento completo de los macrófagos de tejido llevó a desarrollar un bloqueo AV --un retraso en la conducción entre las aurículas y ventrículos que, en pacientes humanos, requiere implantar marcapasos.
En general, los hallazgos sugieren que los macrófagos cardiacos son participantes esenciales en el sistema de conducción cardiaca y que los cambios en su número o propiedades pueden contribuir a anormalidades del ritmo cardiaco. Nahrendorf y sus colegas continúan explorando el papel de los macrófagos tanto en el corazón sano como en los trastornos comunes de la conducción de la señal. La propensión natural de las células a rodear y recoger materiales para su eliminación podría usarse para inducir a los macrófagos a ingerir fármacos transportados sobre nanopartículas.