MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los mayores de 50 años con una presión arterial más alta de lo normal pero aún por debajo del umbral comúnmente utilizado al momento de decidir tratar la afección, presentan un mayor riesgo de desarrollar demencia más tarde en la vida, según nuevos hallazgos del estudio 'Whitehall II' realizado sobre más de 10.000 empleados públicos.
Este aumento del riesgo se observó incluso cuando los participantes del estudio no tenían otros problemas cardiacos o relacionados con los vasos sanguíneos, según la investigación publicada este miércoles en el 'European Heart Journal'.
Aunque ha habido estudios previos que relacionaron la presión arterial elevada en la mediana edad con el aumento del riesgo de demencia en etapas posteriores de la vida, el término "mediana edad" se ha definido de manera deficiente y varía de 35 a 68 años.
La primera autora del artículo, la doctora Jessica Abell, investigadora postdoctoral en el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de París (INSERM) e investigadora asociada en Demencia y Epidemiología en el 'University College London' (UCL), en Reino Unido, dice: "Investigaciones anteriores no han podido evaluar directamente el vínculo entre la presión arterial elevada y la demencia examinando el momento con suficiente detalle. En nuestro artículo, pudimos examinar la asociación a los 50, 60 y 70 años, y encontramos patrones diferentes de relación. Esto tendrá implicaciones importantes para las guías, que actualmente solo usan el término genérico 'mediana edad".
A los participantes en el estudio Whitehall II, que tenían entre 35-55 años en 1985, se les midió la presión arterial en 1985, 1991, 1997 y 2003. También se tomó otra información médica, como la edad, el sexo y los hábitos de vida (como fumar y el consumo de alcohol) y factores sociodemográficos.
Entre las 8.639 personas analizadas para este estudio, el 32,5 por ciento de las cuales eran mujeres y 385 desarrollaron demencia en 2017. Las que tenían una presión arterial sistólica de 130 mmHg o más a la edad de 50 presentaban un 45 por ciento más de riesgo de desarrollar demencia que aquellas con presión arterial sistólica más baja a la misma edad. Esta relación no se observó a las edades de 60 y 70 años, y la presión arterial diastólica no se vinculó con la demencia.
UNA RELACIÓN PRESENTE EN PERSONAS SIN AFECCIONES CARDIOVASCULARES
El lazo entre la presión arterial alta y la demencia también se observó en personas que no tenían afecciones cardiacas o relacionadas con los vasos sanguíneos (enfermedad cardiovascular) durante el periodo de seguimiento; presentaban un riego un 47 por ciento superior en comparación con las personas con presión arterial sistólica inferior a 130 mm.
Las pautas de NICE (Instituto Nacional de Salud y Excelencia de Atención) de Reino Unido y la Sociedad Europea de Cardiología dan un umbral de 140/90 mmHg para la hipertensión, aunque las pautas de 2017 de la Asociación Estadounidense del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología y otras nueve las organizaciones de salud redujeron el umbral a 130/80 mmHg para todos los adultos. La presión arterial ideal se considera entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg.
La investigadora Archana Singh-Manoux, profesora de investigación en el INSERM y profesora honoraria de UCL, quien dirigió la investigación, subraya: "Nuestro trabajo confirma los efectos perjudiciales de la hipertensión en la mediana edad para el riesgo de demencia, según lo sugerido por investigaciones anteriores. También plantea que a la edad 50 años, el riesgo de demencia puede aumentar en personas que han registrado incrementos de los niveles de presión arterial sistólica por debajo del umbral comúnmente utilizado para tratar la hipertensión.
"Nuestro análisis sugiere que la importancia de la hipertensión en la vida media del cerebro se debe a la duración de la exposición. Por lo tanto, vemos un mayor riesgo para las personas con hipertensión arterial a los 50 años, pero no a los 60 o 70, porque las personas con hipertensión a los 50 años probablemente estén "expuestos" a este riesgo durante más tiempo", detalla. La edad promedio a la que los participantes del estudio desarrollaron demencia fue a los 75 años.
Las posibles razones del vínculo entre la presión arterial elevada y la demencia incluyen el hecho de que la presión arterial alta está relacionada con mini accidentes cerebrovasculares o silenciosos (donde los síntomas a menudo no son notables), daño a la sustancia blanca en el cerebro, que contiene muchos de las fibras nerviosas del cerebro y restricción del suministro sanguíneo al cerebro. Este daño puede ser la base de la disminución resultante en los procesos del cerebro.
"Es importante enfatizar que es una investigación observacional a nivel poblacional, por lo que estos hallazgos no se traducen directamente en implicaciones para pacientes individuales. Además, existe una considerable discusión sobre el umbral óptimo para el diagnóstico de hipertensión. Hay mucha evidencia que sugiere que mantener una presión arterial saludable en la mediana edad es importante para el corazón y el cerebro más adelante en la vida. Cualquier persona que esté preocupada por sus niveles de presión arterial debe consultar a su médico de cabecera", plantea Abell.
Las limitaciones del estudio incluyen el hecho de que el diagnóstico de demencia se hizo mediante el enlace a registros médicos electrónicos que podrían pasar por alto los casos más leves de demencia; los investigadores no pudieron examinar si la asociación de la hipertensión era más fuerte con la enfermedad de Alzheimer o la demencia vascular debido a las pocas cifras de afectados por la demencia, y esto requiere más investigación; y los autores no saben si el manejo efectivo de la presión arterial alta en personas en la mitad de la vida podría debilitar el riesgo de una demencia posterior.
"Una de las fortalezas de este estudio fue repetir las mediciones de presión arterial en las mismas personas, lo que nos permitió examinar su estado de presión arterial durante un periodo de 18 años. Esto es raro, ya que la investigación previa a menudo ha utilizado una sola medida de la hipertensión", concluye el profesor Singh-Manoux.