MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las bacterias que se encuentran en el intestino delgado de los ratones y los humanos pueden viajar a otros órganos y desencadenar una respuesta autoinmune, según un nuevo estudio de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Los investigadores también encontraron que la reacción autoinmune se puede suprimir con un antibiótico o una vacuna diseñada para atacar a las bacterias.
Los hallazgos, publicados este jueves en la revista 'Science', sugieren nuevos enfoques prometedores para tratar las enfermedades autoinmunes crónicas, entre las que se incluyen el lupus sistémico y la enfermedad hepática autoinmune, tal y como apuntan los propios investigadores.
Las bacterias intestinales se han relacionado con una variedad de patologías, incluidas las enfermedades autoinmunes caracterizadas por el ataque del sistema inmunológico al tejido sano. Para arrojar luz sobre este vínculo, un equipo de investigación de Yale se centró en 'Enterococcus gallinarum', una bacteria que descubrieron que es capaz de "translocar" espontáneamente fuera del intestino a los nódulos linfáticos, el hígado y el bazo.
En modelos de ratones genéticamente susceptibles, los investigadores observaron que, en los tejidos externos al intestino, 'E. gallinarum' inició la producción de auto-anticuerpos e inflamación, señas de identidad de respuesta autoinmune. Confirmaron el mismo mecanismo de inflamación en células hepáticas cultivadas de personas sanas y la presencia de esta bacteria en hígados de pacientes con enfermedad autoinmune.
CONSIGUEN SURPRIMIR LA AUTOINMUNIDAD CON UN ANTIBIÓTICO O UNA VACUNA
A través de experimentos adicionales, el equipo de investigación descubrió que podían suprimir la autoinmunidad en ratones con un antibiótico o una vacuna dirigida a 'E. gallinarum'. Con cualquiera de los enfoques, los científicos consiguieron suprimir el crecimiento de la bacteria en los tejidos y mitigar sus efectos sobre el sistema inmunitario.
"Cuando bloqueamos el camino que conduce a la inflamación, podríamos revertir el efecto de este error en la autoinmunidad --apunta el autor principal Martin Kriegel--. La vacuna contra 'E. gallinarum' fue un enfoque específico, ya que las vacunas contra otras bacterias que investigamos no previenen la mortalidad y la autoinmunidad".
La vacuna se administró mediante inyección en el músculo para evitar atacar a otras bacterias que residen en el intestino. Mientras que Kriegel y sus colegas planean realizar más investigaciones sobre 'E. gallinarum' y sus mecanismos, los hallazgos tienen relevancia para el lupus sistémico y la enfermedad hepática autoinmune. "El tratamiento con un antibiótico y otros enfoques como la vacunación son formas prometedoras de mejorar la vida de los pacientes con enfermedad autoinmune", concluye.