MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
La atrofia multisistémica (MSA, por sus silgas en inlgés), un trastorno neurodegenerativo con similitudes con la enfermedad de Parkinson, es causada por un tipo recién descubierto de prión, parecido a las proteínas mal plegadas implicadas en enfermedades cerebrales progresivas incurables como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), según revelan dos nuevos trabajos de investigación liderados por científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), en Estados Unidos.
ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS
Los hallazgos, publicados en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', sugieren nuevos enfoques para el desarrollo de tratamientos para la atrofia multisistémica, que en la actualidad no tiene cura, pero también plantean una potencial preocupación para los médicos o científicos que están en contacto con tejido MSA.
Los resultados marcan también el primer descubrimiento de una enfermedad humana causada por un nuevo prión en 50 años, ya que el trabajo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos en la década de 1960 mostró que el tejido cerebral humano infectado con la ECJ podría transmitir la neurodegeneración en los chimpancés.
No fue hasta 1982 que se determinó entonces que la misma proteína priónica causa la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las 'vacas locas' en el ganado y la llamada "variante" de ECJ en humanos tras el consumo de carne de res contaminada por la EEB o de otros tejidos.
Al principio, la idea de que una simple proteína podría replicarse y propagar la enfermedad fue desestimada por la comunidad científica, ya que un principio de la biología moderna sostenía que sólo los virus y los microbios vivos, como las bacterias, pueden transmitir patologías. Pero el trabajo posterior de Prusiner y otros expertos llevó a entender cómo funcionan los priones a nivel molecular.
Prusiner, profesor de Neurología y director del Instituto de Enfermedades Neurodegenerativas (IND, por sus siglas en inglés) en la UCSF, fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por este trabajo en 1997. Entonces, los investigadores de priones sugirieron que proteínas similares mal plegadas pueden contribuir a formas más comunes de neurodegeneración, como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer.
"Ahora, hemos demostrado de manera concluyente que un nuevo tipo de prión provoca atrofia multisistémica", afirma el profesor asociado de Neurología de la UCSF Kurt Giles, también investigador en IND y autor principal de uno de los dos nuevos estudios sobre este tema.
A veces comparada con el 'Dr. Jekyll y Mr. Hyde', la proteína priónica original identificada por Prusiner como responsable de la ECJ, conocida como PrP, puede existir en dos formas: una inofensiva y otra mortal. Los priones PrP en su forma peligrosa, mal plegada, se aferran a otras moléculas PrP cercanas, haciendo que pierdan su forma normal e iniciando una reacción en cadena que se traduce en placas pegajosas e insolubles en todo el cerebro que matan las células y dan como resultado el aspecto típico de "esponjosos" a los cerebros afectados por la ECJ.
LA PROTEÍNA ALFA-SINUCLEÍNA, LA CULPABLE
En los nuevos trabajos de investigación, Prusiner, Giles, la investigadora post-doctoral Amanda Woerman y un equipo internacional de colegas informan de que una versión mal plegada de una proteína llamada alfa-sinucleína parece actuar de una manera similar para transmitir MSA a partir de tejido cerebral humano enfermo a ratones y cultivos de células humanas.
Inicialmente descrita en 1960, la MSA es un trastorno neurodegenerativo progresivo raro pero más común que la ECJ: afecta anualmente a tres de cada 100.000 personas mayores de 50 años. Sus primeros síntomas pueden confundirse con los de la enfermedad de Parkinson, como problemas de movimiento y de equilibrio, así como la pérdida de control de la vejiga, la regulación de la presión arterial y otras funciones que se rigen por el sistema nervioso autónomo.
A diferencia de los pacientes con Parkinson, que a menudo viven entre diez y 20 años después de su diagnóstico, los pacientes con MSA generalmente mueren dentro de entre los cinco y los diez años posteriores a su detección y no responden a los fármacos o la estimulación cerebral profunda que se emplean para los síntomas del Parkinson.
El nuevo trabajo tiene sus orígenes en los experimentos realizados en el laboratorio de Prusiner en 2013, mostrando que las muestras de tejido cerebral de dos pacientes humanos con MSA fueron capaces de transmitir la enfermedad a un modelo de ratón de la enfermedad de Parkinson, expresando un gen mutante de la alfa-sinucleína humana.
Para confirmar este hallazgo, Prusiner y sus colegas ampliaron este experimento incluyendo muestras de tejido de una docena de víctimas más de MSA de bancos de tejidos de tres continentes: América Europa y Oceanía.
Los resultados fueron los mismos: cuando se les expuso al tejido de MSA humano, los ratones desarrollaron neurodegeneración. Además, el equipo de investigadores encontró que los cerebros de los ratones infectados contenían niveles anormalmente altos insolubles de alfa-sinucleína humana y que el tejido cerebral de ratón infectado podría transmitir la enfermedad a otros roedores.
El descubrimiento de que los priones de alfa-sinucleína pueden transmitir MSA plantea un problema de salud pública acerca de los tratamientos y las investigaciones que involucran el contacto con el tejido cerebral de pacientes con neurodegeneración, porque las técnicas de desinfección estándar que matan microbios no eliminan los priones PrP que causan la ECJ. Falta determinar si los mismos desafíos se mantienen para los priones alfa-sinucleína en la MSA.
ADOPTAR PROTOCOLOS DE SEGURIDAD EN LA INVESTIGACIÓN
Los autores escriben que los clínicos y los investigadores deben adoptar protocolos de seguridad mucho más estrictos cuando se trata de tejido de pacientes con MSA y otras enfermedades neurodegenerativas, muchas de las cuales se cree que también puede ser causadas por priones. Por ejemplo, MSA es frecuentemente diagnosticada inicialmente como la enfermedad de Parkinson, que se trata a menudo con estimulación cerebral profunda. La patología potencialmente podría transmitirse a otros pacientes si se reutiliza el equipo de la estimulación cerebral profunda.
"No se puede matar una proteína --advierte Giles--. Y puede pegarse firmemente al acero inoxidable, incluso cuando el instrumento quirúrgico se limpia". Como resultado, estos expertos aconsejan precaución, ya que como la esperanza de vida ha aumentado, probablemente se realizarán más cirugías cerebrales y podría haber enfermedades neurodegenerativas no diagnosticadas que son causadas por priones, lo que significa que la infección podría ser "una preocupación real".
A diferencia del riesgo de EEB por la carne contaminada, los científicos subrayan que no hay peligro aparente de infección por priones de MSA fuera de los entornos médicos o de investigación especializados. En el primero de los dos artículos, Woerman dirigió un equipo de expertos para desarrollar un nuevo método rápido para analizar la transmisión de priones utilizando cultivos de células humanas y demostró que sólo cuesta cuatro días que el tejido MSA humano infecte células cultivadas con mutaciones de alfa-sinucleína, en contraste con los 120 días que tarda la enfermedad en propagarse a los modelos de ratón.
"El reto de estudiar la neurodegeneración es que es una enfermedad de envejecimiento. Hay que dejar que los modelos de ratón se desarrollan durante tanto tiempo que resulta muy lento que progrese la investigación sobre la cura. Ahora, con estos modelos celulares, podemos comprobar cómo inactivar agregados de alfa-sinucleína a una velocidad que no sería factible en animales".