Los recién nacidos acaparan todas las miradas de quienes les rodean, pero ¿qué es lo que acapara la suya? Una de las muchas preguntas que se hacen muchos padres primerizos es si su bebé ya les ve. Hay quienes se lo preguntan semana tras semana, ya que hay veces que parecen estar mirándote fijamente, e incluso hacen muecas como si respondieran a lo que los adultos les dicen o hacen.
Los ojos del bebé cumplen una función esencial para su desarrollo físico, mental y emocional porque le ayudan a absorber información sobre el mundo que lo rodea. Pero un poco al inicio y mucho más a medida que crece.
Al nacer, tienen los ojos muy abiertos, como si quisieran captarlo todo. Sin embargo, no ven prácticamente nada, según explican desde Área Oftalmológica Avanzada del Doctor Vergés. Durante los primeros días de vida, el bebé no sabrá cómo usar los dos ojos a la vez: es normal que se vayan de un lado para otro o se crucen.
En el primer mes o el segundo aprenderá a enfocar y a seguir los objetos que se mueven. Si pasamos un dedo ante la cara, el bebé lo seguirá con la mirada.
Y hacia los dos meses de vida (8-10 semanas) puede empezar a distinguir el volumen. También es capaz de identificar los colores, como el rojo y, más adelante, el verde. Las imágenes ya no son borrosas a una distancia más larga y los pueden seguir con la mirada a un rango de 180 grados.
A partir de los tres meses se produce un avance notable en la capacidad visual del bebé que fácilmente pueden comprobar sus padres: descubre sus manos. Es porque ahora es capaz de percibir bastante bien los detalles más pequeños y puede enfocar casi a cualquier distancia.
Entre los 4 y 6 meses, la visión del color se desarrolla. Reconoce objetos y los busca con la mirada, es capaz de ver a más distancia. Le gusta jugar al "no está-sí que está" mientras te tapas y le destapas la cara, porqué empieza a comprender la permanencia de los objetos.
A partir de los 6 meses, y hasta los 12, puede mirar fijamente objetos pequeños y empieza a tener una percepción de la profundidad. Puede ver todos los colores y poco a poco será capaz de seguir objetos que se mueven a mayor velocidad. Ya empiezan a ver como los adultos.
SÍNTOMAS A TENER EN CUENTA EN LA VISIÓN DEL BEBÉ
Aunque la evolución de cada bebé es diferente, todas estas pautas temporales sirven para saber que todo avanza con normalidad. No obstante, los expertos aconsejan consultar rápidamente con el pediatra o el oftalmólogo si se nota algo fuera de la común.
Asimismo, desde Área Oftalmológica Avanzada recomiendan estar en alerta si el bebé tiene 3 o 4 meses y no sigue con ambos ojos un objeto, si tiene dificultad para mover uno o ambos ojos en todas las direcciones, si sus ojos se mueven y no quedan fijos, o si tiene los ojos cruzados la mayoría del tiempo.
También es para preocuparse si uno o ambos ojos tienden a escorarse hacia un lado u otro o si una de las pupilas parece de color blanco o al hacer una foto se observa un reflejo blanco
Si el bebé es prematuro, sufrió una infección o necesitó tratamiento con oxígeno, tiene gran riesgo de desarrollar ciertos problemas de la vista, como astigmatismo, miopía o estrabismo. Por ello, el pediatra y el oftalmólogo deben tenerlo en cuenta al examinar sus ojos y a la hora de hacer las recomendaciones necesarias.