MADRID, 12 Ago. (INFOSALUS) -
Una de cada seis personas que habitan el mundo, unos 1.200 millones de habitantes, son adolescentes al tener entre 10 y 19 años, una etapa de la vida plagada de nuevas experiencias que no obstante, no está exenta de riesgos para la salud.
Según recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo del Día Mundial de la Juventud que se celebra este miércoles, 12 de agosto, los últimos datos disponibles muestran como cada año mueren unos 1,3 millones de adolescentes en el mundo, en la mayoría de casos por causas prevenibles o tratables.
Los accidentes de tráfico siguen siendo la principal causa de muerte, con 330 fallecimientos cada día, a la que siguen el VIH, el suicidio, las infecciones respiratorias y actos violentos.
Además, este organismo de Naciones Unidas recuerda que también suponen un problema para la salud adolescente los embarazos precoces (se registran 49 nacimientos por cada mil jóvenes de 15 a 19 años, según datos de 2010); el consumo de alcohol o tabaco, el sedentarismo y los trastornos mentales. No en vano, recuerdan en este último caso, se estima que la mitad de estas patologías que afectan a la población adulta debutan a los 14 años.
De la mano de la OMS, hacemos un repaso de los principales factores de riesgo que amenazan la buena salud de la juventud para saber sus peligros e intentar evitarlos o ponerles freno.
1. Embarazos y partos precoces.
Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte en adolescentes de 15 a 19 años a nivel mundial. Esta franja de edad representa el 11 por ciento de todos los nacimientos, la mayoría en países de bajos y medianos ingresos.
Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Naciones Unidas se ha propuesto lograr el acceso universal a la salud reproductiva, con más información y un mejor acceso a los métodos anticonceptivos para lograr retrasar la edad del primer embarazo. A ello puede ayudar también, según la OMS, tener leyes que fijen la edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años.
2. VIH.
Actualmente hay más de 2 millones de adolescentes con VIH. Aunque el número muertes relacionadas con el virus se ha reducido un 30 por ciento desde hace ocho años, en el caso de los adolescentes la OMS reconoce que están aumentando, sobre todo en África, lo que obliga a intensificar los esfuerzos para ofrecer una atención integral y continuada desde la edad pediátrica a la adulta. Además, también es necesario mejorar el diagnóstico de la enfermedad. En África subsahariana, sólo entre el 10 y 15 por ciento de la población de 15 a 24 años saben que tienen el virus.
El objetivo en este ámbito está en mejorar también el acceso a preservativos para evitar nuevos contagios, evitar la reutilización de jeringuillas en usuarios de drogas inyectables y mejorar el acceso a test de diagnóstico.
3. Otras enfermedades infecciosas.
Gracias a la mejora de la vacunación infantil, las muertes adolescentes y los casos de discapacidad por sarampión han caído considerablemente, hasta un 90 por ciento en África entre 2000 y 2012. Sin embargo, todavía hay otras patologías como la diarrea, la meningitis y las infecciones del tracto respiratorio inferior siguen entre las 10 principales causas de muerte entre los 10 y 19 años.
4. Salud mental.
La depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes, y el suicidio la tercera causa de muerte. La violencia, la pobreza y la humillación pueden aumentar el riesgo de desarrollar un problema de salud mental a estas edades.
Para evitarlo, la OMS insiste en la necesidad de ofrecer atención psicosocial en el ámbito educativo y comunitario, y contar con programas que favorezcan una buena relación paterno-filial en el ámbito familiar. Esto permitirá también detectar y gestionar posibles carencias o conflictos.
5. Violencia.
Sigue siendo la principal causa de muerte en esta franja de edad, con unos 180 fallecimientos a diario. Además, se estima que una de cada 3 jóvenes de 15 a 19 años ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja.
Favorecer las relaciones paterno-filiales desde la infancia, reducir el consumo de alcohol y el acceso a armas de fuego es clave para prevenir la violencia, recuerda la OMS. Además, también proponen mejorar la atención a los afectados por actos violentos para evitar que tengan consecuencias psicológicas.
6. Alcohol y drogas.
Es una preocupación importante en muchos países ya que, además de los efectos directos para la salud, reduce el autocontrol y favorece otras conductas de riesgo, como el sexo sin protección. Además, es la causa principal de accidentes y lesiones (sobre todo de tráfico), actos violentos y muertes prematuras. Y a largo plazo, puede provocar problemas de salud y reducir la esperanza de vida.
Para evitarlo, la OMS propone fijar una edad mínima para la compra y el consumo de alcohol, e impulsar iniciativas para evitar el acceso a drogas ilegales, principalmente cannabis y cocaína.
7. Accidentes.
Según datos de 2012, unos 120.000 adolescentes mueren cada año como consecuencia de los accidentes de tráfico, lo que obliga a ofrecer consejos sobre una conducción segura y fijar leyes que penalicen ir al volante bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Otros accidentes también comunes son los ahogamientos, que causan unos 60.000 fallecimientos cada año, dos tercios en niños.
8. La desnutrición y la obesidad.
Muchos niños y niñas de países en desarrollo comienzan la adolescencia con desnutrición, lo que les hace más vulnerables a sufrir enfermedades y muertes prematuras. Por contra, en los últimos años está aumentando el sobrepeso y la obesidad juvenil, tanto en países desarrollados como en otros con menores ingresos.
Esto se debe a un consumo elevado de alimentos ricos en grasas y azúcares y a un aumento del sedentarismo. De hecho, se estima que tan solo uno de cada cuatro jóvenes realiza la actividad física que se recomienda a su edad, que está en la práctica de al menos 60 minutos diarios de ejercicio.
9. El consumo de tabaco.
La gran mayoría de los fumadores adultos comenzaron cuando eran adolescentes. A nivel mundial, se estima que al menos un 10 por ciento de la población adolescente de 13 a 15 años fuma tabaco, aunque en muchas regiones el porcentaje es mucho mayor. La promoción de espacios libres de humo, el aumento del precio y la prohibición de la publicidad son algunas de las medidas que, según la OMS, pueden reducir su consumo a estas edades.